Gobernador de Antioquia, Dr. Andrés Julián Rendón.
POR JULIO BAHAMON VANEGAS
El señor gobernador de Antioquia, Dr. Andrés Julián Rendón, es objeto de investigaciones y actuaciones judiciales que están orientadas a debilitar su liderazgo y silenciar su voz critica frente al gobierno. Pero su honorabilidad, por fortuna, permanece incólume.
La trayectoria de este nuevo líder nacional cuenta con un maravilloso reconocimiento público. Eso, desde luego, tiene al gobierno de Gustavo Petro muy incómodo.
El Dr. Rendón fue concejal y alcalde del municipio de Río Negro, y actualmente es el gobernador de Antioquia, y durante su paso por esas dependencias sus administraciones se han caracterizado por la inversión en seguridad, infraestructura y programas sociales que hoy muestran resultados palpables.
No pesa sobre él, ninguna condena judicial, lo que reafirma que su honorabilidad y transparencia están a salvo y permanecen intactas.
Existen evidencias que revelan un sesgo político en el tratamiento de parte de la señora fiscal general de la Nación. Son claras, teniendo en cuenta que la titular de esa dependencia investigativa, de manera innoble, en declaraciones públicas ha anticipado “imputaciones” afectando gravemente la imparcialidad que debe regir todo proceso legal.
Por orden de la fiscalía, el señor gobernador ha sido objeto de entrampamientos judiciales e interceptaciones en los que, al igual que lo que ocurrió en el caso del expresidente Álvaro Uribe, se quiere vincular de manera artificiosa a testigos o personas con procesos en curso. No es una coincidencia que, debido al fortalecimiento del liderazgo opositor del gobernador, se hayan intensificado las pesquisas y las trampas.
No es raro la insistencia del gobierno y de sus aliados oficialistas de utilizar mediáticamente estas investigaciones para intentar desgastar su imagen, antes de que siquiera exista alguna acusación formal válida.
La oposición en democracia tiene el derecho y el deber de fiscalizar al gobierno. El gobernador Rendon, desde Antioquia, ha expresado críticas sólidas frente a políticas de seguridad, economía y manejo institucional del presidente Gustavo Petro., y este, en lugar de responder con argumentos, parece que el camino escogido es el uso instrumental de la justicia para deslegitimar al contradictor político.
Defender su honorabilidad es defender la democracia y la pluralidad política en Colombia.
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