POR JULIO BAHAMON VANEGAS
La elección del doctor Carlos
Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional constituye un hecho
muy importante para preservar la institucionalidad del más importante tribunal
de justicia constitucional en Colombia.
Representa una garantía de equilibrio
y continuidad en la defensa del Estado de derecho, frente a las tensiones que
hoy amenazan la estabilidad de la Nación.
A partir de esta decisión
esperamos se restablezca la sensatez en la dirección del gobierno, cesen las
presiones y la intimidación provenientes del gobierno contra la independencia
de los poderes públicos y prevalezca la unidad nacional. La fortaleza de la
democracia reside precisamente en el respeto a la separación de poderes, en la
autonomía de las instituciones y en la vigencia plena de las libertades
ciudadanas.
En ese orden de ideas, la
oposición democrática está llamada a asumir un papel histórico y responsable.
El momento exige unidad alrededor de un solo candidato (a) presidencial que
enarbole la bandera de la Constitución, la libertad y la justicia. De esa
manera garantizaremos la victoria de los demócratas en las elecciones
presidenciales del año entrante y que Colombia retome el rumbo de estabilidad,
progreso y respeto por el país.
De manera particular, se
requiere que los cinco precandidatos del partido Centro Democrático, sean los
llamados a dar ejemplo de coherencia, madurez y responsabilidad política. Su
compromiso con el partido y con el país debe traducirse en el respeto y
aceptación generosa con el proceso, y con los resultados del mecanismo acordado
para la escogencia del candidato único, y en la disposición de trabajar unidos
con la bandera del Uribismo, bajo el liderazgo de la persona que finalmente
represente la opción democrática, en el entendido que nuestro compromiso está
por encima de intereses individuales.
Como miembro activo de este partido político, invito a todos los amigos del presidente Álvaro Uribe a respaldar el proceso interno acordado, y una vez tengamos definido nuestro candidato, con él, acudiremos a la contienda interpartidista de marzo del 2026. Este compromiso es indispensable para fortalecer la confianza ciudadana, dar ejemplo de disciplina democrática.
Nuestra unidad no es una opción, es una obligación histórica para defender a Colombia de la amenaza autoritaria y para preservar la estructura del Estado de Derecho que hemos construido en 200 años de vida republicana.
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