Adiós al general Jorge Enrique Mora Rangel: el estratega de la guerra que terminó firmando la paz.
El excomandante de las Fuerzas Militares y miembro del equipo negociador en La Habana falleció este sábado en Bogotá a los 80 años. Su partida marca el fin de una era para la doctrina militar colombiana.
El general (r) Jorge Enrique Mora Rangel, una de las figuras más influyentes y respetadas en la historia reciente de las Fuerzas Armadas de Colombia, falleció en la mañana de este sábado 6 de diciembre de 2025. El deceso se produjo en las instalaciones del Hospital Militar Central en Bogotá, donde el alto oficial venía recibiendo atención médica por quebrantos de salud que lo aquejaban desde hace algunas semanas.
La confirmación llegó a través de un comunicado oficial del Hospital Militar, que lamentó la partida del oficial y extendió sus condolencias a sus familiares. Con su muerte, el país despide a un hombre que encarnó dos facetas aparentemente opuestas pero complementarias de la historia nacional: la del "tropero" implacable contra la insurgencia y la del negociador escéptico que ayudó a sellar el fin del conflicto con las FARC.
Nacido en Cúcuta, Norte de Santander, en 1945, Mora Rangel dedicó más de 40 años de su vida al servicio activo. Su carrera militar alcanzó la cúspide durante el primer mandato del expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2006), cuando fue designado Comandante General de las Fuerzas Militares.
Bajo su mando se ejecutaron las primeras fases del Plan Patriota, la ofensiva militar más grande en la historia de Colombia financiada parcialmente por el Plan Colombia. Mora fue el arquitecto de la modernización del Ejército, transformando una fuerza que venía golpeada a finales de los 90 en una maquinaria de combate capaz de replegar a las guerrillas hacia las zonas periféricas del país. Su doctrina de "recuperación del territorio" fue fundamental para la política de Seguridad Democrática.
La voz militar en La Habana
Sin embargo, el capítulo más complejo de su vida pública llegaría años después de su retiro. En 2012, el entonces presidente Juan Manuel Santos lo convocó para integrar la delegación del Gobierno en los diálogos de paz con las FARC en La Habana, Cuba.
Su presencia en la mesa de negociación fue interpretada como un mensaje de tranquilidad para las tropas activas y la reserva, sectores que veían con desconfianza el proceso. Mora Rangel se convirtió en el "polo a tierra" de la negociación; fue la voz dura frente a los cabecillas de las FARC y, en múltiples ocasiones, expresó sus desacuerdos internos frente a las concesiones que se debatían.
A pesar de las tensiones y de haber estado a punto de renunciar a la mesa en varias oportunidades, el general permaneció hasta el final, estampando su firma en el Acuerdo de Paz del Teatro Colón en 2016. No obstante, en años posteriores, Mora mantuvo una postura crítica sobre la implementación de lo acordado, plasmando sus memorias y divergencias en su libro “Los pecados de la paz”, donde cuestionó la falta de severidad de la JEP con los excombatientes.
La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de reacciones en el espectro político y militar. El actual mando de las Fuerzas Militares ha ordenado izar el pabellón nacional a media asta en todas las guarniciones del país.
"El general Mora fue un soldado de honor que entendió que la victoria militar no era el fin último, sino el camino para garantizar la democracia. Su legado de disciplina y amor patrio perdurará en cada soldado de la República", manifestaron fuentes del Ministerio de Defensa.
Jorge Enrique Mora Rangel deja un legado de dualidades: fue el general que modernizó la guerra para poder terminarla y el hombre que, habiendo combatido a la guerrilla toda su vida, tuvo el carácter para sentarse frente a ellos y negociar su desarme.
El país despide hoy no solo a un excomandante, sino a un testigo y protagonista de primera línea del medio siglo más convulso de Colombia. Paz en su tumba.

No hay comentarios:
Publicar un comentario