Por Julio Bahamon Vanegas
Nuestro departamento no puede seguir siendo un territorio de
visita ocasional para políticos en trance de conseguir votos en vísperas de
unas elecciones, que solo se acuerdan de que existimos cuando se acerca un
proceso electoral.
No es una posición sectaria, ni se desconocen los derechos
políticos de nadie. Me surge de lo que hemos visto en elecciones anteriores,
pues esa conducta externa al departamento, le ha abierto las puertas a lo que
conocemos como las “candidaturas golondrinas”.
No negamos que cualquier ciudadano colombiano tiene el
derecho de aspirar al Senado desde cualquier región del país. Eso no se
discute: pero una cosa es el derecho a aspirar y otra muy distinta es la
obligación moral y política de representar de manera real, responsable y
permanente a un territorio, y es ahí, donde el Huila ha salido siempre
perdiendo.
Cada cuatro años aparecen candidatos foráneos que viene a
ofrecer, comprar adeptos, recorren nuestros municipios, se reúnen con líderes
que se prestan a eso, pronuncian discursos bien ensayados sobre temas
regionales, la ruralidad y del desarrollo regional, y piden el voto, o lo
compran, como si se tratara de un simple trámite o negocio particular. Una vez
alcanzan la curul, no regresan, ni se vuelven a acordar de las personas que les
colaboraron, no rinden cuentas, tampoco defienden al Huila cuando se debaten
las decisiones que nos afectan.
El resultado: una dispersión de los votos, debilitando su
fuerza electoral y el Huila termina subrepresentado en el Senado de la
República, pese a tener el potencial electoral para elegir a más de un senador
propio. Yo les solicitaría a los ciudadanos concentrar el voto en candidatos
oriundos del Huila como una forma legítima de fortalecer la democracia desde
los territorios.
Miremos, no más, cuáles son aquellas regiones que tiene mayor
injerencia en el Congreso de la República: son aquellas que entendieron que la
unidad electoral es poder político.
Aquí necesitamos senadores que conozcan la región no por
Wikipedia, sino por vivencia, que defiendan nuestro campo porque lo han
trabajado, que hablen de nuestras vías por qué las han transitado, que discutan
sobre la seguridad porque la han padecido, que expongan sus ideas sobre el
desarrollo regional porque aquí han construido su historia. Senadores que
permanezcan el tiempo en que no están en el cumplimiento de sus funciones, con
nosotros.
Defender esta posición no quiere decir que se ataque a nadie
en particular. Significa cuestionar una práctica que ha demostrado ser
perjudicial para el departamento. Los votos de los huilenses no deben estar al
servicio de inflar proyectos políticos ajenos que nunca vuelven a mirar hacia
atrás. Los invito a hacer un esfuerzo colectivo, consciente y responsable.



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