La Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) anunció que la Nueva EPS ha implementado un nuevo sistema de control en sus procesos de facturación y cuentas médicas para resolver la ineficiencia financiera que la aqueja.
El superintendente, Giovanny Rubiano
García, desmintió que la entidad esté en un "deterioro progresivo",
asegurando que las cifras revelan un problema que ya se está abordando
activamente.
Como parte de esta estrategia
de saneamiento, la Nueva EPS ha puesto en marcha desde septiembre el sistema de
información Factramed. Esta plataforma, que ya cuenta con la capacitación de
4.000 prestadores y una cobertura de 321 IPS a nivel nacional, permitirá una
auditoría digital y oportuna de las facturas y cuentas médicas. La herramienta
busca cortar de raíz el represamiento de pagos, una de las principales causas
de la crisis financiera.
Rubiano García explicó que las
deudas acumuladas y sistemáticas han contribuido a la compleja situación de la
EPS, que debe gestionar un flujo de recursos de $2 billones de pesos mensuales
para sus 11.7 millones de afiliados, mientras intenta ordenar los pagos a sus
2.500 proveedores. "La prioridad es mantener el flujo de recursos mientras
se ordena la casa, para evitar la interrupción de los servicios a los
usuarios", señaló el superintendente.
Para mejorar la comunicación y
formalizar las cuentas, la Nueva EPS ha intensificado las reuniones con sus
prestadores. Solo en el mes de septiembre, la entidad se reunió con 335
prestadores y tiene programadas mesas de trabajo con 235 más para octubre.
Adicionalmente, ha participado en 141 mesas técnicas organizadas por la
Supersalud.
Estas acciones buscan mitigar las tensiones con los proveedores de servicios de salud, quienes en ocasiones han recurrido a medidas como el cierre de servicios o embargos para reclamar sus pagos. La Supersalud aseguró que continuará brindando acompañamiento técnico y vigilancia constante a la gestión de la Nueva EPS.
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