La posibilidad de un regreso del expresidente Álvaro Uribe Vélez al ruedo electoral, esta vez aspirando a una curul en el Senado de la República, ha empezado a generar un intenso debate en los círculos políticos y en la opinión pública colombiana.
El expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez, condenado en primera instancia a 12 años de prisión domiciliaria, volverá a aspirar al Congreso de la República en las elecciones del próximo mes de marzo.
Así lo anunció Gabriel Vallejo, director del Centro Democrático, “Hasta el momento el único puesto fijo que tenemos claro es Álvaro Uribe Vélez, que será el número 25” de la lista al Senado, confirmó Vallejo en declaraciones a la prensa.
Uribe, quien gobernó el país por dos periodos (2002-2010), ha mantenido una influencia considerable en la política nacional, liderando desde la sombra su partido, el Centro Democrático. Su regreso al Senado no sería inédito, pues ya ocupó un escaño entre 2014 y 2018, convirtiéndose en el principal opositor al gobierno de Juan Manuel Santos. Sin embargo, su salida de ese cargo en 2018, en medio de investigaciones judiciales, dejó un vacío que podría buscar llenar nuevamente.
Los partidarios del expresidente argumentan que su experiencia y liderazgo son vitales para el futuro del país. Consideran que su voz en el Congreso sería un contrapeso necesario ante el actual panorama político, y que su presencia revitalizaría a su partido, que ha perdido fuerza en las últimas elecciones. "Álvaro Uribe representa la mano dura, la seguridad y la defensa de la empresa privada. Su regreso al Senado sería una garantía para millones de colombianos que se sienten desprotegidos", afirmó un congresista del Centro Democrático que prefirió no ser nombrado.
Por otro lado, sus detractores ven su posible candidatura con preocupación. Señalan que su regreso podría polarizar aún más el ambiente político, y que su figura está asociada con escándalos y controversias que deberían ser resueltas antes de aspirar a cualquier cargo público. "El país necesita avanzar, dejar atrás las viejas disputas. La figura de Uribe solo trae más división y no contribuye a un debate constructivo. Es hora de dar paso a nuevas generaciones de líderes", declaró un analista político.
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