Denuncias, videos y contacto para publicidad al WhatsApp 3195293166

domingo, 21 de septiembre de 2025

EL ROL DE LA MUJER EN LOS CARGOS PÚBLICOS: UN CAMINO HACIA LA EQUIDAD REAL

 

En el frente empresarial, en la seccional Pitalito de la  Cámara de Comercio del Huila,  está a cargo de Clara Inés Medina.


 

POR WILFRED TRUJILLO TRUJILLO 

Diputado Asamblea del Huila

 

 

El progreso de una sociedad se mide, en gran parte, por su capacidad de ver en la diversidad una fuente de fortaleza. En esa línea, la presencia de mujeres en cargos públicos ha sido uno de los cambios más importantes de los últimos años. No se trata solo de cumplir con la igualdad formal, sino de abrir espacios a nuevas perspectivas que enriquecen la democracia y permiten construir políticas más humanas, inclusivas y conectadas con la realidad de la gente. La evidencia es clara: allí donde las mujeres participan en la toma de decisiones, los resultados en salud, educación, programas sociales y transparencia suelen mejorar. No es un discurso vacío, es un hecho respaldado por datos y experiencias en distintas partes del mundo. Países como Finlandia, Nueva Zelanda o Chile han demostrado que incluir mujeres en los más altos niveles de poder político no solo fortalece la transparencia y la legitimidad, sino que también genera transformaciones sociales profundas.

 

En Colombia, la participación femenina ha avanzado, aunque sigue siendo insuficiente. De acuerdo con cifras de la Función Pública, hacia finales de 2024 las mujeres ocupaban cerca del 48% de los cargos directivos en el sector público. Este dato, que se acerca a la paridad, es alentador porque refleja un esfuerzo institucional por equilibrar la balanza y cumplir con la Ley de Cuotas, que exige al menos un 30% de representación femenina en altos cargos del Estado. Sin embargo, este logro debe analizarse con cuidado, alcanzar paridad en lo administrativo no significa que en lo electoral y político el avance sea el mismo. Y allí están los principales retos, porque en los escenarios de elección popular las barreras son mucho más duras para las mujeres.

 

La política colombiana sigue marcada por desigualdades históricas. En el Congreso, la participación femenina apenas supera el 30%, pese a que las mujeres son más de la mitad de la población. A nivel departamental y municipal, los obstáculos se multiplican; falta de financiamiento para las campañas, escasas redes de apoyo dentro de los partidos, estigmatización social y mediática, violencia política de género y, en muchos casos, una cultura que desconfía del liderazgo femenino. Aun así, los ejemplos hablan por sí solos, pues cuando una mujer llega a un cargo de elección popular, no solo fortalece la gestión pública, también transforma la forma en que la sociedad entiende lo que significa gobernar. Bogotá, Atlántico, Valle y Meta han sido escenarios donde liderazgos femeninos marcaron huella con visión y determinación.

 

Si miramos al Huila, los avances conviven con rezagos. En las elecciones de 2023, solo dos mujeres fueron elegidas alcaldesas en los 37 municipios del departamento. Aunque el número es bajo, representa un paso adelante en un territorio donde la política ha estado tradicionalmente en manos de hombres. Desde el sector gremial, el liderazgo femenino también impulsa la competitividad regional y la articulación público-privada. Además, en varios municipios mujeres lideran secretarías y oficinas claves, como planeación, educación y programas sociales. En años recientes, por ejemplo, la Secretaría de la Mujer, Infancia y Familia de Neiva estuvo a cargo de Mirna Sánchez Piedrahita, una profesional reconocida y recordada por su experiencia en lo público, lo privado y la cooperación internacional, cuyo trabajo dejó huella en la construcción de políticas públicas sensibles a poblaciones vulnerables.

 

La consolidación del liderazgo femenino en el Huila también se refleja en iniciativas institucionales y comunitarias que buscan fortalecer la voz de las mujeres en la vida pública. La Gobernación del Huila, en alianza con la Escuela Superior de Administración Pública ESAP, puso en marcha el programa “Liderazgo Femenino Huilense”, una estrategia clave que brindará formación en derechos, liderazgo y gobernanza a más de 1.200 mujeres del departamento. Esta iniciativa, que comienza en tres municipios y se proyecta hacia todo el territorio, no solo ofrece herramientas académicas y técnicas, sino que abre la posibilidad de que las mujeres huilenses participen con mayor preparación en los escenarios de decisión política, social y comunitaria. Se trata de un esfuerzo para derribar barreras históricas y garantizar que las voces femeninas influyan de manera real en el diseño de políticas públicas que afectan directamente su vida y la de sus comunidades.

 

Más allá del diseño institucional, el liderazgo femenino ya se expresa en rostros y trayectorias concretas en todo el departamento. Este liderazgo tiene rostro en el Huila. En el frente empresarial, Lina Marcela Carrera, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio del Huila; en Pitalito, la seccional está a cargo de Clara Inés Triviño Medina, Su gestión no solo fortalece la institucionalidad, sino que también abre camino para que más mujeres se conviertan en referentes de liderazgo, emprendimiento y transformación. Son ejemplo vivo de que el liderazgo femenino inspira confianza, genera desarrollo y deja huella en cada rincón del departamento.

 

En la gestión pública, varias mujeres del Huila han dejado una huella significativa, destacándose en diversos ámbitos de la política y la administración pública, Consuelo Gonzales de Perdomo ha tenido una carrera política ascendente, iniciando como concejal en los municipios de Pitalito y Neiva, hasta alcanzar una curul en la Cámara de Representantes, consolidándose como una figura influyente a nivel nacional; en la asamblea del Huila, Sandra Milena Hernández Rincón ha sido una de las mujeres que ha marcado un precedente en la duma departamental, con su perseverancia y liderazgo. También Karol Ortigoza, actual subdirectora Nacional de Atención Humanitaria de la Unidad de Víctimas, ha destacado por su labor humanitaria. En 2024, Victoria Eugenia Castro asumió la presidencia de la corporación, un cargo de gran relevancia en el ámbito político del departamento

 

En el ámbito local mujeres como: Gladys Canacué Medina se desempeñó como alcaldesa de Pitalito entre 2004 y 2007, una gestión que se destacó por su honestidad y eficiencia en la administración, lo que dejó un impacto positivo en el municipio, y Natalia Caviedes Chinchilla hizo historia en el municipio de Palermo al convertirse en la primera mujer elegida como alcaldesa, un logro que no solo representa una victoria personal, sino que también marcó un hito en la historia local. Este avance simboliza un cambio cultural que, cada vez con más fuerza, abre nuevos caminos para las generaciones futuras, quienes ahora ven posibles logros que antes parecían inalcanzables.

 

A este grupo se suman otras mujeres con una sólida trayectoria en la política y la administración pública. Luzdey Artunduaga Castro, exdiputada y alcaldesa de Acevedo entre 2016 y 2019, es actualmente directora de Seguridad y Convivencia del departamento, un rol crucial para la estabilidad regional. También resalta la labor de Leidy Gómez Benítez, exdiputada de la Asamblea del Huila (2012-2015), quien ha demostrado un compromiso continuo con los ámbitos económico, social y político de la región.

 

A este impulso se suma la experiencia promovida por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), que en 2023 reunió en Neiva a lideresas comunitarias, firmantes de paz, campesinas y víctimas en el taller “Fortalecimiento de liderazgos políticos de las mujeres”. Este espacio, acompañado por instituciones nacionales y cooperación internacional, permitió que mujeres de diferentes trayectorias compartieran saberes, construyeran redes y fortalecieran sus capacidades de liderazgo en contextos marcados por el conflicto y la desigualdad. La apuesta fue clara: que ellas no solo sean partícipes, sino protagonistas en procesos de reconciliación, democracia local y construcción de paz. Estos esfuerzos muestran que el liderazgo femenino en el Huila no se limita a ocupar cargos, sino que se proyecta como una herramienta de transformación social, capaz de tender puentes, sanar heridas y abrir horizontes de equidad para las nuevas generaciones.

 

La experiencia internacional y local demuestra que cuando las mujeres asumen cargos públicos, los cambios son visibles. Los gobiernos liderados por ellas tienden a priorizar la inclusión, la protección social y la equidad de género, además de mostrar más transparencia en el manejo de recursos. Esto ocurre porque muchas veces su vida ha estado marcada por la necesidad de equilibrar roles familiares, laborales y comunitarios, lo que les da una mirada más integral sobre la sociedad y sobre lo que implica gobernar para todos. En un departamento como el Huila, con enormes retos en educación, empleo juvenil, seguridad y desarrollo rural, contar con mujeres en posiciones de liderazgo es una oportunidad única para avanzar hacia un gobierno más justo y participativo.

 

Aun así, el camino está lejos de completarse. Persisten barreras estructurales que limitan la participación política de las mujeres huilenses; la dificultad de acceder a recursos para campañas, la resistencia de sectores que ven la política como un espacio masculino, la falta de programas de mentoría para liderazgos emergentes y la violencia política que muchas candidatas sufren con ataques, insultos y campañas de desprestigio. Superar estas barreras exige acciones concretas. Es clave fortalecer las medidas de paridad, garantizar que los partidos no se limiten a cumplir cuotas de forma mecánica y promover que las mujeres compitan en escenarios donde tengan posibilidades reales de ganar. También se necesitan programas de formación política con enfoque de género, especialmente en áreas rurales donde el liderazgo femenino comunitario es fuerte pero poco visibilizado. De igual forma, urge un cambio cultural que normalice la presencia de mujeres en la política. Que las niñas y jóvenes crezcan viendo en sus alcaldesas, concejalas o gobernadoras ejemplos cercanos de lo que significa ejercer liderazgo. Y que toda la sociedad entienda que gobernar no es cuestión de género, sino de capacidad, compromiso y vocación de servicio.

 

Cuando una mujer gobierna un municipio, dirige una secretaría o lidera un despacho regional, no solo gana ella, gana toda la comunidad. Las decisiones se vuelven más cercanas, más sensibles a la realidad y el poder se humaniza. El Huila, con ejemplos como el de Palermo, las secretarías locales y los liderazgos emergentes, tiene la posibilidad de convertirse en un referente regional de participación paritaria. Pero para lograrlo se necesita decisión política, voluntad social y un cambio cultural que deje de ver a las mujeres como la excepción y las convierta en la norma en los espacios de poder.


“El reto está planteado y no admite espera. Porque cuando las mujeres llegan al poder, no solo avanzan ellas: gana la democracia, gana la sociedad y ganamos todos.”

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Adbox