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lunes, 3 de noviembre de 2025

EL HOMBRE MÁS TATUADO DE BRASIL BORRA SU PASADO DE EXCESOS Y TINTA

 

 

 

Leandro de Souza, alguna vez conocido como el hombre más tatuado de Brasil, sorprendió al mundo al tomar una decisión que nadie imaginó: borrar el 95% de los tatuajes que cubrían su cuerpo.


Leandro de Souza, el fotógrafo de 36 años que durante décadas ostentó el título del hombre más tatuado de Brasil, ha conmocionado al mundo al embarcarse en una transformación radical y profundamente dolorosa: la eliminación del 95% de los más de 170 tatuajes que cubrían su cuerpo, incluida gran parte de su rostro.

 

La decisión de borrar el pasado, literalmente, está ligada a un profundo giro espiritual y personal, marcado por la fe evangélica y el abandono de un ciclo de adicciones y excesos.

 

De Souza relató a medios locales que la tinta comenzó a cubrir su piel a los 13 años, inspirada inicialmente por bandas de rock como Guns N' Roses y Metallica. Sin embargo, su fascinación por la modificación corporal lo llevó a un punto de no retorno tras un divorcio, cayendo en una espiral de adicciones al alcohol y drogas como la cocaína y el éxtasis.

 

"Ya no me sentía bien, ya no me convenía. Era un mundo de excesos. Llegó un momento en el que me sentí como una atracción de circo", confesó De Souza, describiendo cómo su apariencia, con el 95% de su cuerpo cubierto, lo había convertido en un personaje llamativo pero también lo había aislado y le había generado la sensación de vacío.

 

El punto de quiebre llegó cuando buscó refugio en un albergue, donde encontró la fe que le dio un nuevo propósito. Desde su conversión, ha abandonado el consumo de drogas y alcohol, y ahora se dedica a predicar y buscar una vida estable.

 

El proceso de borrado, sin embargo, es un calvario físico. La eliminación de los tatuajes se realiza mediante una avanzada técnica láser que descompone las partículas de tinta.

 

Proceso: El tratamiento se lleva a cabo en la clínica Hell Tattoo, en Franco da Rocha, São Paulo, que se conmovió con su testimonio y se ofreció a realizar el procedimiento sin costo.

 

Dolor: De Souza, quien fue tatuador y pensó tener una alta tolerancia al dolor, ha revelado que la eliminación es mucho más agonizante que el tatuaje. "Duele mucho, por más que le pongan anestesia, el dolor es horrible. Pero eso es parte del precio de las cosas que he hecho en el pasado", afirmó.

 

Progreso: El tratamiento requiere hasta ocho sesiones, separadas por periodos de tres meses, para permitir la recuperación de la piel. El avance en la remoción de sus tatuajes faciales ya ha generado una transformación asombrosa e "irreconocible" en su apariencia.

 

Leandro de Souza, quien comparte su proceso con miles de seguidores en redes sociales, ve cada sesión láser no solo como un tratamiento estético, sino como un acto de fe. Su historia, según la clínica, va "más allá de la estética", simbolizando la restauración de la dignidad y la alineación de su imagen externa con la nueva identidad espiritual que ha construido.

 

Hoy, su historia se ha vuelto un testimonio de transformación. De ícono del tatuaje a ejemplo de redención, Leandro demuestra que nunca es tarde para empezar de nuevo.

 

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