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domingo, 2 de noviembre de 2025

PARAPETO. - EL ACUERDO DE RIONEGRO.

 


Por Julio Vahamon Vanegas

 

 ¡Ojo con Cepeda! Para utilizar una frase similar a la que hizo famosa el expresidente Álvaro Uribe en vísperas de las elecciones del 2022, refiriéndose a la candidatura de Gustavo Petro.


 En ese contexto de incertidumbre y divisiones, es motivo de esperanza la reunión entre los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y César Gaviria Trujillo, lideres naturales del Centro Democrático y del partido Liberal, respectivamente. Los enemigos dirán: ¡son dos viejos!, si señores, que con sabiduría convocaran a los líderes de Cambio Radical, del Partido Conservador, de Oxígeno Verde y su candidato Juan Carlos Pinzón, a Abelardo de La Espriella, a Enrique Peñalosa y a otros jefes de partidos y movimientos del Centro, Centro Derecha y de la Derecha, para construir una gran alianza democrática de cara a las elecciones del 2026. Me puse a averiguar las edades de los principales líderes del mundo y encontré, por ejemplo, que la mayoría están sobre los 70 años: Luis Ignacio Lula del Brasil con 79 años, Donald Trump supera los 78, Vladimir Putin cumplió 74, Daniel Ortega de 79, Xi Jinping de La China 73, los de Australia y Canadá superan los 63 años. Los viejitos estamos cobrando vigencia, porque la mayoría de los dirigentes jóvenes, no dieron la talla, con contadas excepciones.


Esa realidad debería convocar a la oposición a reflexionar con serenidad y patriotismo. No más egos ni divisiones. Por eso, muchos de quienes aspiran al poder, con la mano en el pecho, deberían dar un paso al costado y ponerse a disposición de la unidad con base democrática pregonada por los expresidentes Uribe y Gaviria

A escasos siete meses de la primera vuelta presidencial, resulta sorprendente que algunos precandidatos continúen centrando sus discursos en atacar a Petro, cuando llevamos tres años largos haciéndolo, y hemos demostrado hasta la saciedad su incompetencia para gobernar, la corrupción nunca antes vista de su presidencia y la tolerancia, sino complicidad con los grupos armados ilegales que tiene asolada a la república. Mientras nosotros caemos en la trampa y nos enredamos en su estrategia de campaña, la izquierda ya tiene definido su camino y su candidato: Iván Cepeda, quien representa la continuidad del proyecto político de las Farc y de la consolidación del poder de los grupos armados ilegales en buena parte del territorio nacional.


La verdadera responsabilidad de la oposición no es seguir desgastándose en debates con un gobierno que va de salida, sin poder de maniobrar, sino enfrentar con decisión el riesgo que representa Cepeda, quien simboliza la intromisión real de la ilegalidad armada en la política, fenómeno que, según múltiples advertencias de la defensoría del pueblo, ya tienen influencia en cerca del 80% del territorio nacional.


Por lo tanto, debemos concentrar todos los esfuerzos en ofrecer propuestas concretas a los colombianos, en seguridad, empleo, salud, educación, reconstrucción del tejido social, recuperación del territorio y no seguir haciéndole el juego a un gobierno agonizante, sin rumbo, desgastado y sin legitimidad.

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