¡Ojo con Cepeda! Para utilizar una frase
similar a la que hizo famosa el expresidente Álvaro Uribe en vísperas de las
elecciones del 2022, refiriéndose a la candidatura de Gustavo Petro.
En ese contexto de incertidumbre y divisiones,
es motivo de esperanza la reunión entre los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y
César Gaviria Trujillo, lideres naturales del Centro Democrático y del partido
Liberal, respectivamente. Los enemigos dirán: ¡son dos viejos!, si señores, que
con sabiduría convocaran a los líderes de Cambio Radical, del Partido
Conservador, de Oxígeno Verde y su candidato Juan Carlos Pinzón, a Abelardo de
La Espriella, a Enrique Peñalosa y a otros jefes de partidos y movimientos del
Centro, Centro Derecha y de la Derecha, para construir una gran alianza
democrática de cara a las elecciones del 2026. Me puse a averiguar las edades
de los principales líderes del mundo y encontré, por ejemplo, que la mayoría
están sobre los 70 años: Luis Ignacio Lula del Brasil con 79 años, Donald Trump
supera los 78, Vladimir Putin cumplió 74, Daniel Ortega de 79, Xi Jinping de La
China 73, los de Australia y Canadá superan los 63 años. Los viejitos estamos
cobrando vigencia, porque la mayoría de los dirigentes jóvenes, no dieron la
talla, con contadas excepciones.
Esa realidad debería convocar
a la oposición a reflexionar con serenidad y patriotismo. No más egos ni
divisiones. Por eso, muchos de quienes aspiran al poder, con la mano en el
pecho, deberían dar un paso al costado y ponerse a disposición de la unidad con
base democrática pregonada por los expresidentes Uribe y Gaviria
A escasos siete meses de la
primera vuelta presidencial, resulta sorprendente que algunos precandidatos
continúen centrando sus discursos en atacar a Petro, cuando llevamos tres años
largos haciéndolo, y hemos demostrado hasta la saciedad su incompetencia para
gobernar, la corrupción nunca antes vista de su presidencia y la tolerancia,
sino complicidad con los grupos armados ilegales que tiene asolada a la república.
Mientras nosotros caemos en la trampa y nos enredamos en su estrategia de
campaña, la izquierda ya tiene definido su camino y su candidato: Iván Cepeda,
quien representa la continuidad del proyecto político de las Farc y de la
consolidación del poder de los grupos armados ilegales en buena parte del
territorio nacional.
La verdadera responsabilidad
de la oposición no es seguir desgastándose en debates con un gobierno que va de
salida, sin poder de maniobrar, sino enfrentar con decisión el riesgo que
representa Cepeda, quien simboliza la intromisión real de la ilegalidad armada
en la política, fenómeno que, según múltiples advertencias de la defensoría del
pueblo, ya tienen influencia en cerca del 80% del territorio nacional.
Por lo tanto, debemos concentrar
todos los esfuerzos en ofrecer propuestas concretas a los colombianos, en
seguridad, empleo, salud, educación, reconstrucción del tejido social,
recuperación del territorio y no seguir haciéndole el juego a un gobierno
agonizante, sin rumbo, desgastado y sin legitimidad.



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