POR JULIO BAHAMON VANEGAS
El occidente del Huila enfrenta una arremetida creciente de los grupos armados ilegales, que avanzan sobre el municipio de La Plata y sus centros poblados, entre ellos Belén y Gallego, que es algo que no puede pasar inadvertido: Perder la Plata significaría perder más del 25% del territorio departamental, y condenar a miles de familias a la zozobra, el desplazamiento y la violencia.
El Huila no puede darse el lujo de entregar esa región a la insurgencia. La Plata es el Huila, y su defensa es un imperativo para garantizar la vida, honra, bienes y dignidad de una población, sus gentes, y el futuro del departamento.
No son suficientes las declaraciones, ni “los consejos de seguridad” sin resultados, ni bastan los operativos puntuales que, por su carácter transitorio terminan dejando a la población nuevamente expuesta. Tenemos que expulsar definitivamente del territorio a los violentos, apoyando a la fuerza pública con coraje y decisión y apoyándonos en ellos, Soldados y policías de la patria.
Reclamamos acción inmediata permanente de la Fuerza Pública para que regrese la confianza a las comunidades, debemos hablar con la sociedad indígena para que no se deje instrumentalizar por las Farc. Deben saber que, si esa organización subversiva se asienta en la región, serán los primeros en sufrir las consecuencias del desplazamiento, el reclutamiento forzado de sus hijos, la violación de sus mujeres y la confiscación de sus propiedades. Hay que rechazar a los violentos y forajidos que les quieren quitar su libertad.
Los colombianos no somos hijos de Bolívar, somos herederos del General Santander, quien nos dio con las armas la independencia, y con las leyes la libertad. Debemos proteger de forma especial a los líderes sociales y a los campesinos, quienes hoy cargan con el peso de las extorsiones, las amenazas y la persecución. Estar en permanente comunicación con los organismos institucionales, fiscalía y defensoría del pueblo para que actúen con contundencia ante las amenazas de asonadas y crímenes contra la población. Preocupa la indiferencia de la gobernación ante este desafío y las amenazas contra la soberanía del Huila y la dignidad de su gente. La Plata no se rinde, y los huilenses tampoco.
Posdata. – Gratitud al presidente Álvaro Uribe y a sus directores políticos, pues de la reunión de ayer, podemos concluir que se dieron los pasos necesarios para la integración de una lista a la Cámara de Representantes ganadora, compuesta por jóvenes dirigentes, y se fortaleció la unidad interna de nuestra colectividad.
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