Los
ocho miembros de la misión médica que habían sido retenidos por un grupo armado
en el occidente del Huila fueron dejados en libertad este jueves, y retornan
sanos y salvos para reencontrarse con sus familias, tras vivir horas de
incertidumbre en territorio rural.
Fueron
liberados los ocho integrantes de la misión médica de la ESE San Sebastián de
La Plata, Huila, quienes habían sido secuestrados la mañana del miércoles en
zona rural del municipio, cuando se dirigían a cumplir una brigada de salud. El
grupo —seis profesionales de la salud y dos conductores— fue dejado en libertad
en el sector de la vereda San Miguel, donde ya se encuentran bajo custodia de
líderes comunitarios, antes de su traslado hacia el casco urbano.
La
misión estaba conformada por cuatro auxiliares de enfermería —tres mujeres y un
hombre—, una médica, una jefe de enfermería y dos conductores. Su destino eran
las veredas de Agua Bonita y Buenos Aires, para llevar atención médica básica,
vacunación y otros servicios de salud a comunidades rurales. Durante el
trayecto fueron interceptados por hombres armados, obligándolos a desplazarse
hacia un rumbo desconocido y generando alarma en la región.
El
alcalde de La Plata, Camilo Ospina, comentó que, de acuerdo con informaciones
de los líderes de la zona, “todos los integrantes de la misión médica se
encuentran en buen estado de salud, aunque visiblemente cansados tras la
difícil situación”. Afirmó que los profesionales expresaron su “deseo de
reencontrarse con sus familias y compañeros de trabajo”, quienes ya los esperan
en las instalaciones de la ESE San Sebastián.
Por
ahora, no se ha conocido ninguna exigencia, reivindicación o pronunciamiento
oficial por parte del grupo armado que los retuvo. Las autoridades locales,
departamentales y nacionales continúan atentas al traslado de los liberados hacia
el casco urbano de La Plata, y mantienen el llamado al respeto y protección de
las misiones médicas en zonas rurales apartadas.
Las
investigaciones preliminares apuntan a que el grupo armado responsable habría
sido una estructura de las disidencias de las FARC, conocida como Frente
“Hernando González Acosta”, vinculada al bloque central del sur del Huila.
El
secretario de Gobierno del Huila, Juan Carlos Casallas Rivas, sugirió que esta
acción podría ser una retaliación por las operaciones recientes de la fuerza
pública en el territorio; indicó que el día anterior se habría logrado la
captura del jefe del bloque central Isaías Pardo y varios miembros de la
estructura González Acosta.
Además,
es importante recordar que desde la Oficina de Derechos Humanos de la ONU se
había hecho énfasis en que las misiones médicas gozan de protección especial
bajo el Derecho Internacional Humanitario, y que las detenciones de este tipo
constituyen una grave violación a esas normas.
Aunque
la liberación es motivo de alivio, no es suficiente para disolver los riesgos
estructurales. Algunos puntos que merecen atención: Seguridad para misiones
médicas futuras: es necesario que las autoridades estatales garanticen
corredores seguros para el desplazamiento de equipos de salud en zonas rurales
del Huila, ante la persistencia de estructuras armadas.
Garantía
del derecho a la salud: comunidades que no acceden fácilmente a servicios
médicos han perdido tiempo vital; la interrupción de brigadas afecta procesos
de vacunación, seguimiento de enfermedades crónicas y atención básica
preventiva.
Investigación,
judicialización y transparencia: debe esclarecerse quiénes participaron en el
secuestro, si hubo instigadores locales, cuál fue el destino de los retenidos
durante las horas de cautiverio y qué motivaciones hubo detrás.
Actuación
del Estado y organismos de control: fortalecer la capacidad de monitoreo en
zonas dispersas, coordinar con líderes comunitarios y entidades humanitarias
para prevenir hechos similares.
Prevención
de nuevos abusos: el mensaje enviado por el grupo armado de imponer controles
de movilidad en la zona —como carácter previo a que personal externo ingrese—
es alarmante y puede generar restricciones a la labor social, educativa y
sanitaria.
La
liberación de los ocho integrantes de la misión médica en La Plata es sin duda
una noticia que trae alivio para sus familias y la comunidad. Sin embargo, no
debe percibirse como un hecho aislado, sino como un llamado de alerta: la labor
humanitaria en zonas rurales continúa siendo vulnerable frente a la violencia
armada. El Estado, la sociedad civil y organismos internacionales deben
redoblar esfuerzos para proteger a quienes llevan salud a los rincones más
alejados del país. Solo así se honrará el principio de que el derecho a la
salud no puede ser rehén del conflicto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario