Los enemigos y detractores del expresidente Uribe, “fueron por lana y salieron trasquilados”.
Por Julio Bahamon Vanegas
La reacción de Gustavo Petro
ante el fallo que absolvió al expresidente Álvaro Uribe fue absolutamente
desproporcionada en contra del Honorable Tribunal Superior de Bogotá a quienes
tildo de “deshonorables magistrados”, con lo que se contradice con su
declaración ante el fallo de primera instancia proferido por la juez Sandra Heredia,
cuando manifestó que respetaba y haría respetar la decisión de la juez 44 de
conocimiento penal
Luego de siete años de un
extenso proceso judicial contra Uribe, acusado de soborno de testigos y fraude
procesal, el 21 de octubre el Tribunal Superior de Bogotá lo absolvió de toda
culpabilidad, revocando así la sentencia condenatoria de doce años dictada en
julio pasado por la juez Sandra Heredia. El fallo constituye una muestra de
independencia y rigor juridicial, que quedara como un precedente emblemático en
la jurisprudencia penal colombiana.
Un buen amigo hizo la tarea
juiciosa de analizar detalles del proceso que quiero compartir con mis
lectores: “En el proceso aparecieron episodios determinantes, como las visitas
del abogado Diego Cadena al testigo Juan Guillermo Monsalve, las grabaciones
filtradas desde la cárcel La Picota y, sobre todo, la interceptación ilegal del
celular del expresidente Álvaro Uribe que, según la Corte Suprema de la época,
justifico como un “error” mientras investigaba otro caso. Estas grabaciones,
que sirvieron de base a la acusación de la juez Heredia, fueron finalmente
declaradas inadmisibles por el Tribunal, al considerar que violaron la
intimidad del expresidente y en consecuencia vulneraron el debido proceso.
Para los Magistrados del
Tribunal Superior, no existieron pruebas directas ni irrefutables que
demuestren que el Dr. Uribe había ordenado a su abogado cometer un delito, por
lo que la decisión de los magistrados mayoritariamente fue considerar que la
juez Heredia incurrió en valoraciones subjetivas, omitió pruebas de la defensa
y construyó su fallo de primera instancia sobre conjeturas, más que sobre
evidencias.
Los enemigos y detractores del
expresidente Uribe, “fueron por lana y salieron trasquilados”. El expresidente
Álvaro Uribe salió reivindicado y fortalecido, mientras Petro y Cepeda aparecen
como los grandes derrotados. Petro, por imprudente y porque con su declaración
contra el fallo, dio la percepción de que su gobierno busco incidir a través de
la Fiscalía y de su ministro Montealegre. Cepeda, porque su caso emblemático
contra Uribe se derrumbó en los Tribunales, lo cual debilito su imagen de
perseguidor moral, y minara su aspiración presidencial.
La absolución de Álvaro Uribe
es un acontecimiento político de profundo simbolismo. Representa la
reivindicación de un hombre que gobernó con carácter, enfrentó al terrorismo y
soporto, con serenidad, el peso de las calumnias. Libre de toda culpa, el Gran
Colombiano regresa a ocupar el lugar de honor que le tiene reservado la
historia como símbolo de resistencia, coraje y servicio a la patria.



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