Por Julio Bahamon Vanegas
El
mundo recibió con alegría la noticia del premio Nobel de Paz 2025 a la líder
venezolana María Corina Machado, una incansable mujer que por más de dos
décadas ha enfrentado con firmeza, dignidad coraje a un régimen autoritario que
tiene sometido a su pueblo a la miseria, el exilio y la persecución política.
El
premio, más allá de su simbolismo, abre un espacio histórico para establecer
una semejanza entre la lucha de María Corina y de Nelson Mandela, uno de los
baluartes de la libertad en el siglo XX. El líder negro permaneció encarcelado
durante 25 años por defender las mayorías de su pueblo desafiando al régimen
del apartheid (separación, segregación de unas minorías blancas) en Sudáfrica.
Fue consciente de que la cárcel seria la consecuencia de enfrentarse a un
sistema que negaba los derechos fundamentales de la mayoría negra; sin embargo,
nunca claudicó, ni negocio principios: eligió luchar y resistir para mantener
la esperanza de que un día su pueblo podría vivir en igualdad y democracia.
Cuando finalmente en 1990 salió de la prisión su figura se había convertido en
símbolo universal de dignidad y resistencia pacífica.
María
Corina Machado, guardadas las diferencias, también ha desafiado durante más de
20 años a un régimen corrupto que ha vaciado las instituciones democráticas de
Venezuela, restringido las libertades, perseguido a la oposición y cometido
fraudes electorales para perpetuarse en el poder.
Ella
ha entendido que la lucha por la democracia es de largo aliento, que no se
trata de un diseño personal sino de una causa colectiva y que en ese caso como
líder debe mantenerse fiel a los principios que la sostienen. En ambos ejemplos se destaca la resistencia
pacífica como el camino. Los dos casos han recibido tentaciones de la
violencia, represiones brutales, inhabilitaciones políticas, amenazas
constantes, campañas de difamación, cárcel, hostigamientos del aparato estatal. Sin embargo, no han cedido a la violencia
como respuesta. Su acción ha sido cívica: presión ciudadana, unidad democrática
y acompañamiento internacional.
A sus sacrificios personales, se suma el poder del símbolo. Mandela se convirtió en icono de la lucha contra la opresión racial, inspirando movimientos de resistencia en el mundo. Hoy, con el Nobel de la Paz, María Corina transciende fronteras venezolanas para convertirse en referente global de la resistencia democrática frente al autoritarismo.
Interpreto el mensaje de María Corina Machado al pueblo hermano de Colombia: “No bajar la guardia. La democracia se defiende todos los días, frente a cualquier intento de concentración del poder. Lo que hoy sucede en Venezuela demuestra que la libertad, una vez perdida, cuesta generaciones recuperarla. Debemos aprender
No hay comentarios:
Publicar un comentario