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jueves, 30 de octubre de 2025

DISIDENCIAS ESTÁN AMENAZANDO DOCENTES EN EL HUILA

Más de 25 maestros tuvieron que abandonar sus territorios este año en el departamento del Huila, como consecuencia de amenazas, extorsiones y presión ejercida por grupos al margen de la ley, advierte la Asociación de Educadores del Huila (ADIH).

 

Según la organización sindical, los docentes afectados se encuentran a la espera de que la Unidad Nacional de Protección (UNP) evalúe su nivel de riesgo —conforme al Decreto 1782 de 2013— y active las rutas de protección tras denuncia ante la Fiscalía General de la Nación. Sin embargo, el principal obstáculo radica en que muchas de esas amenazas no son reconocidas por la UNP como directamente derivadas de la labor docente, lo que limita la activación de medidas de seguridad especiales.

 

“En lo corrido del año, alrededor  25 maestros han tenido que activar las rutas de protección; entre los casos más recientes, dos docentes del occidente del departamento, quienes además eran líderes sindicales, debieron desplazarse tras recibir amenazas presuntamente de disidencias armadas”, explicó Jefferson Pachón, directivo de la ADIH.

 

Los maestros denuncian formas variadas de coerción: desde exigencias económicas hasta advertencias de muerte, usualmente a través de llamadas, WhatsApp, videollamadas y panfletos intimidatorios. En el Huila, los municipios rurales de Saladoblanco, La Plata, Pitalito, Algeciras, Nátaga, Colombia, Baraya y Tello son algunos de los más afectados.

 

Un informe de medios señala que “solo el 10 % denuncia”. Esa baja proporción responde al temor de los docentes a que la UNP les niegue el reconocimiento de nivel de riesgo o les ordene retornar a zonas donde consideran que su vida aún está en peligro.

 

En lo que va de 2025, la ADIH estima entre 60 y 70 docentes intimidados, en algunos casos con panfletos que los nombra directamente.  Las extorsiones solicitarían montos que van desde unos cientos de miles hasta un millón de pesos colombianos, según testimonios de los maestros. En el municipio de Colombia (Huila) una institución educativa quedó sin rector y con varios maestros desplazados por amenazas recibidas por panfletos.

 

¿Por qué no se activan las rutas de protección?

 

El decreto 1782 de 2013 establece que cuando una persona denuncie ser víctima de amenazas o atentados, la UNP debe evaluar el nivel de riesgo y, si es “alto”, activar medidas de protección que pueden ir desde traslados, escoltas o cambios de funciones. No obstante, en el caso de los docentes en Huila, se registran dos principales dificultades:

 

Reconocimiento del vínculo laboral: Muchas amenazas no son asumidas como consecuencia directa de su función docente —por ejemplo, cuando se presentan como extorsiones generales del territorio— y por ello la UNP no les asigna un nivel de riesgo “extraordinario”.

 

Temor a denunciar: Los maestros temen represalias, desconfían de las garantías y prefieren no activar la ruta formal. Eso ha generado que solo una parte mínima de los afectados informes oficialmente los casos.

 

El desplazamiento o la reubicación de los maestros afecta directamente la calidad de la educación en zonas rurales. La falta de maestros, la inestabilidad laboral y la zozobra de quienes permanecen en el aula suman un doble reto: garantizar la seguridad de los docentes y el derecho a la enseñanza de los niños.

 

Según los propios docentes y sus directivos gremiales, el ambiente de “miedo” o “zozobra” se instala no solo en la escuela sino en la comunidad.

 

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