Su velación se cumple en la Funeraria María Auxiliadora desde la tarde de hoy jueves, cuando sus despojos mortales llegaron para las correspondientes honras fúnebres y cristiana sepultura que se cumplirá este viernes 31 de octubre.
Con el corazón entristecido,
la comunidad de San Agustín participo en una multitudinaria caravana para
acompañar los restos del cabo del Ejército Nacional de Colombia Deivid Mauricio
Ibarra, de 27 años, quien perdió la vida en un accidente de tránsito ocurrido
en la madrugada del miércoles último en la vía que comunica a San Agustín con
Pitalito. Su velación se lleva a cabo en la funeraria María Auxiliadora.
El siniestro se registró en el
sector de la vereda Matanzas, donde dos motocicletas colisionaron por causas
que se investigan. Al parecer, una de las hipótesis es el exceso de velocidad
en combinación con poca visibilidad en ese tramo —una causa frecuente en
siniestros viales en la región.
El joven militar se había
desplazado a su tierra natal en permiso para visitar a sus familiares, cuando
ocurrió el trágico choque. Fue trasladado de urgencia al Hospital Departamental
Hospital Departamental San Antonio de Pitalito, pero murió a causa de la
gravedad de sus heridas.
Las autoridades locales ya
iniciaron las investigaciones, con el fin de esclarecer las causas exactas del
accidente —se indagan condiciones de la vía, visibilidad, exceso de velocidad y
actuación de los conductores.
Familiares, amigos y compañeros del servicio han expresado su profundo dolor
ante esta pérdida. Deivid Mauricio Ibarra era descrito como un joven noble,
disciplinado y absolutamente comprometido con su labor en defensa de la nación,
motivo por el cual su desaparición deja una honda herida en su comunidad de
origen.
La caravana de despedida,
compuesta por habitantes de San Agustín, familiares y allegados, recorrió las
calles del municipio en un gesto de acompañamiento, honrando su memoria y
entregándole el último adiós en medio de aplausos y llanto.
El accidente en Matanzas es un triste reflejo de los desafíos que enfrenta el
departamento del Huila en materia de seguridad vial. De acuerdo con los
registros del sistema regional de información de siniestros de tránsito, entre
las causas más frecuentes se encuentran el exceso de velocidad, la poca
visibilidad, la imprudencia al conducir y las maniobras en curvas o sectores
con mal trazado.
En los últimos años, la vía
San Agustín–Pitalito ha sido escenario de otros gravísimos siniestros. Por
ejemplo, en septiembre de 2024, un vehículo tipo “chiva” que perdió los frenos
dejó seis personas muertas y más de veinte heridas en ese mismo corredor vial.
Estas tragedias insisten en la
necesidad de reforzar inversiones en infraestructura vial, señalización y
campañas de educación para la conducción responsable —tema que estará latente
en la memoria de esta comunidad que hoy despide a su joven héroe.
Hoy San Agustín llora a uno de sus hijos: El cabo Ibarra, que no pudo regresar
a su hogar. Su partida deja un legado de servicio, de entrega y también un
llamado urgente a tomar en serio la responsabilidad de transitar con
precaución. En señal de respeto, la comunidad se suma al duelo y espera que el
sacrificio de este joven militar sea también motor de cambio para prevenir
nuevas muertes en las carreteras del Huila.


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