Por Julio Bahamon Vanegas
Celebramos, como militantes
del Centro Democrático, la decisión del partido de fijar el 28 de noviembre
para elegir al candidato único a la presidencia de la Republica. Lo estábamos
esperando desde hacía, por lo menos, seis meses. Es una determinación útil,
pues el país necesita ver un partido organizado, con un solo candidato presidencial
capaz de debatir ideas con otros candidatos y ofrecerle al país una alternativa
clara frente al actual gobierno.
Si quieren conocer mi opinión:
el anuncio llega un poco tarde. Tenemos otros actores que han avanzado, en
estos meses, considerablemente en el escenario político: Abelardo de la
Espriella, quien figura hoy a la cabeza de las encuestas, a quien no podemos
ignorar en una consulta interpartidista, al igual que a la señora Vicky Dávila,
al Dr Enrique Peñalosa, y a Juan Carlos Pinzón, para citar apenas unos nombres
de presidenciables del Centro y la Derecha. Pero más vale tarde que nunca.
Esperamos que la fecha elegida abra las puertas para recuperar el tiempo
perdido y consolidar la unidad nacional.
Dicho lo anterior, quiero
expresar con respeto mi preocupación advirtiendo que, en mi ánimo, como lo he
manifestado siempre, en privado y públicamente, no existe interés personal
alguno de aspirar al congreso de la república, me permite declarar que no
comparto la idea de que la decisión de adelantar la selección del candidato
presidencial se haya tomado, en parte, para permitir que los precandidatos que
no resulten escogidos puedan inscribirse como candidatos al Congreso antes del
8 de diciembre. Si eso es así, el mensaje es equivocado y desdibuja el
propósito del proceso. El solo hecho de haber sido precandidatos presidenciales
debería, por principios éticos y democráticos, inhabilitar a quienes no sean
elegidos para participar en listas al congreso en las siguientes elecciones.
No se trata de cuestionar a
nadie en particular, sino de defender un principio básico: la igualdad de
condiciones y oportunidades. Un candidato presidencial, no hablemos solo de los
nuestros, lleva mas de un año en campaña, recorriendo el país, ocupando
espacios mediáticos, participando en debates, apoyados económicamente con
recursos de sus partidos, exponiendo su imagen y construyendo respaldo
ciudadano. Todo ese despliegue les da una ventaja desproporcionada frente a los
demás aspirantes al congreso, muchos de ellos nuevos lideres regionales, que no
han contado con la misma visibilidad ni los mismos recursos.
El solo hecho de haber
participado en la contienda interna como precandidato presidencial, no le debe
dar ventajas para Por eso, como miembro del partido Centro Democrático, quiero
proponer que se incluya dentro de los estatutos que: “Todo militante que se
postule como precandidato presidencial quedara inhabilitado para integrar las
listas al congreso en el proceso electoral inmediato”. Que se aplique desde ya.
ocupar los primeros lugares de la lista legislativa.
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