Denuncias, videos y contacto para publicidad al WhatsApp 3195293166

lunes, 13 de octubre de 2025

LA CONTRATACIÓN A DEDO Y LOS CONVENIOS ADMINISTRATIVOS: ¿OTRO FRENTE ELECTORAL?

 

Por Julio Bahamon Vanegas 


Así se burlan de la ley de garantías: ¿y los organismos de control, en dónde están?

 

En proximidades a las elecciones de 2026, el mapa de la contratación estatal regional y municipal empieza a teñirse con los colores de la politiquería. Los datos de Colombia compra eficiente revelan una tendencia preocupante: Los contratos a dedo, adjudicados sin licitación pública, pasaron de 366.929 en 2021, a 632.670 en 2025, un crecimiento del 72%. Simultáneamente, los convenios interadministrativos aumentaron en un 55%, pasando los montos de $1,8 billones de pesos a $ 2,5 billones de pesos. Y esto ocurre justo antes de que entre en vigencia la Ley de Garantías Electorales, que prohíbe este tipo de maniobras durante los tres meses previos a las elecciones. En plata blanca: las entidades públicas, gobernaciones y alcaldías están firmando a toda velocidad contratos a dedo y convenios antes que la Ley les ponga freno.

 

Solo en 2025, el valor total de la contratación directa registrada en el SECOP supero los $ 49 BILLONES de pesos. Todo un festín administrativo a puertas de la campaña presidencial. Lo grave es la “agilidad administrativa” que se usa para encubrir redes clientelistas, alianzas políticas que se consolidan con recursos públicos. Muchos dirán que no les importa, porque no les están quitando nada de lo suyo: Equivocados quienes así obran. Sepan que les están robando los impuestos que Uds. pagan. Y a los que no pagan impuestos, les están quitando oportunidades de trabajo, salud, educación, bienestar y futuro.

 

Y mientras tanto, ¿qué hacen los organismos de control? Ni la Procuraduría, ni la Contraloría General de La Nación, ni las contralorías de bolsillo de los gobernadores y alcaldes, ni la Fiscalía reaccionan ante un fenómeno que bordea la ilegalidad.

 

La Ley 996 de 2005, ley de garantías electorales, fue creada precisamente para que el gobierno, las gobernaciones o las alcaldías utilicen la contratación pública como herramienta de campaña.

 

Tristemente, la contratación estatal, departamental y municipal, más que un trámite técnico, se ha convertido en un instrumento de poder político. Quien controla los contratos, controla la burocracia, las lealtades locales, y en muchos casos, el voto.

 

En muchos casos se usa para evadir licitaciones, para hacer traslados presupuestales, sin concurso público, adiciones, anticipos, por encima de lo legal, porque lo que quieren los gobernadores y alcaldes es asegurar su “tajada”

 

La Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía saben que cada contrato firmado por fuera de la ley de garantías electorales, no es un simple trámite, sino una alerta de corrupción electoral. ¿Si lo saben, porque no actúan de oficio? ¿Qué hacen sus delegados departamentales?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Adbox