Por Julio Bahamon Vanegas
Para utilizar el lenguaje de
los “galleros”: Pago doble a sencillo que, a esa organización para delinquir,
en que se convirtió el pacto histórico, la derrotaremos en primera vuelta.
No solo derrotaremos al clan
Petrista, también a los Benedetti, a los Jaramillo, a los Barreras, a los
Bolívar, Corcho y a Pinturita, a la Pizarro y al heredero del brazo político de
las farc, Iván Cepeda, a la primera línea, a sus tales mingas y a todo lo que
tenga o haya tenido relación con esa tragedia en que se convirtió el régimen
castro chavista criollo.
Derrotada la narcopolítica,
recuperaremos el territorio que Petro le cedió a sus pares de las farc, al ELN
y al Clan del Golfo. Ese es el verdadero sentido que tendrá como resultado la
victoria que lograremos, los partidos de oposición, a esta fatal presidencia.
El desgaste político, la pérdida
de credibilidad y el rechazo ciudadano hacia el actual gobierno son tan
profundos, que el resultado no será otro que una derrota anticipada.
El país este mamado. Cansado
de la improvisación, de la polarización permanente, de los discursos
incendiarios que transmiten odio y de un gobierno que, en lugar de unir a los
colombianos, nos ha puesto a pelear entre sí. Agotado de la corrupción,
fatigado de los gobernadores ladrones mediante contratos amañados, del
despilfarro, de la mediocridad, de cómo desde el gobierno han puesto al Estado
al servicio de grupos ilegales que ahora el presidente llama eufemísticamente
“gestores de paz”
Hoy hasta quienes votaron por
Petro se sienten traicionados. Los campesinos se quedaron esperando los 3
millones de hectáreas, siguen sin vías terciarias, los trabajadores pierden sus
empleos, los jóvenes se quedaron desilusionados con la promesa de la condonación
de sus deudas en Icetex, la salud empeorando cada día, la educación en manos de
un mitómano, etc.
Por mucho menos de la tercera
parte de los escándalos de corrupción que han enlodado a este gobierno de
Gustavo Petro, y con apenas la mitad de los señalamientos de incapacidad moral
y mental que hoy lo afectan, en el Perú ya lo hubieran destituido. Pero la
figura cómplice de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes
les ha servido a varios presidentes de Colombia para salir impunes de sus
fechorías.
Frente a este panorama, la
alternativa democrática cobra fuerza. Si figuras como, la, o el candidato que
surja de la consulta del CD, junto a Enrique Peñalosa o Juan Carlos Pinzón
deciden sostener sus candidaturas y logran una alianza con Abelardo de La
Espriella, con dos fórmulas democráticas, al igual que en Bolivia, podríamos
derrotar al “petrismo” en la primera vuelta, a la segunda, entrarían los
candidatos del centro y de la derecha.
No es una hipótesis es una realidad.
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