POR JULIO BAHAMON
VANEGAS
El exministro de agricultura,
el Dr. Carlos Gustavo Cano, tolimense para mejores señas, en carta dirigida a
los colombianos nos advierte de las maniobras que inicio Gustavo Petro el pasado
3 de octubre en Ibagué, con el anuncio, por enésima vez, de convocar una
Asamblea Nacional Constituyente, a través, según Petro y sus aliados, de lo que
él, llama el poder popular, al mejor estilo del Rey Sol, cuando anuncia
que: El Estado es Él, y nadie más. Cada vez está más loco nuestro
presidente, y su chifladura se acrecienta cada que se reúne con Benedetti a
meter maracachafa. Pretenden recolectar 4 millones de firmas para atornillarse
en el poder. O sea, que el “conejo” que le harán al candidato de las Farc, Iván
Cepeda, se evidenció antenoche en la capital musical de Colombia. Con esa
“jugadita” lo que pretenden es entronizar, lo que califico el profesor Mauricia
Gaona, una “dictadura constitucional.”
No le estamos ayudando al
país, con la alocada proliferación de candidatos a la presidencia, sin que
hasta hoy se haya podido crear conciencia de la irresponsable actitud de la
mayoría de ellos que no tienen ninguna posibilidad, ni siquiera, de alcanzar un
escaño en los Concejos de sus municipios.
El Estado de derecho no admite
atajos. La Constitución de 1991 solo prevé dos rutas para su reforma: Por actos
legislativos aprobados por el Congreso de la República, o por una Asamblea
Constituyente debidamente convocada, avalada por referendo. El actual
ordenamiento exige procedimientos claros ajustados a la ley de leyes para
evitar el asalto político como lo quiere hacer Petro, suplantando el
reglamento.
Lo que le ha recomendado el
facineroso ministro del interior de acudir a un “firmaton”, puede medir un
respaldo político, y eso, porque la mayoría de quienes se avienen a dar su
firma, o la venden, o como se dice en el argot político, la estampan, porque
“una firma no se le niega ni al peor enemigo”. Sinvergüenzas.
Las leyes 134 de 1994 y 1757 de
2015 regulan la iniciativa popular y el referendo, y exigen controles que
impiden manipulaciones o atajos que pueden poner en riesgo la estabilidad
institucional.
Además, la Corte
Constitucional tiene competencia para revisar y rechazar propuestas que atenten
contra la Constitución Nacional.
Sin embargo, esa amenaza no
deja de preocuparnos y nos obliga, lo dice el exministro Cano, a unirnos para
defender la legalidad. A decirles a los más de 90 candidaticos, obrar con
sensatez y que retiren sus ridículas aspiraciones. Eso también se aplica a
orates regionales que han perdido el juicio.
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