Porque el Huila no sólo baila Sanjuanero: el Huila lo siente, lo vive y lo proyecta al país con dignidad y orgullo.
POR
WILFRED TRUJILLO TRUJILLO
Diputado del Huila
Junio
fue, sin duda, un mes para recordar. Con la versión número 64 del Festival del
Bambuco en San Juan y San Pedro, el Huila reafirmó su identidad cultural y
demostró que nuestras tradiciones no solo se celebran, sino que se viven con
fuerza en cada rincón del territorio. Neiva fue el escenario central, sí, pero
la fiesta trascendió sus calles y se sintió en cada municipio, en cada
comparsa, en cada nota de tiple.
Durante
los 18 días de programación oficial, se llevaron a cabo más de noventa actividades
culturales que convocaron a cerca de 700.000 personas. A esto se suma una cifra
sin precedentes: según datos entregados por Gobernador, Rodrigo Villalba,
ingresaron al departamento más de 534.000 vehículos. Solo por el Terminal de
Transportes de Neiva llegaron 60.000 personas, mientras que el Aeropuerto
Benito Salas movilizó cerca de 10.000 pasajeros.
La
ocupación hotelera también fue significativa. Durante la mayor parte del
festival se mantuvo en un 80%, y en la última semana alcanzó el 96%. Esta
dinámica benefició directamente al sector turístico, gastronómico y comercial.
Además, este año contamos con la presencia de países invitados como México,
República Dominicana y Ecuador, y delegaciones folclóricas de departamentos
como Atlántico, Antioquia, Santander, Risaralda y Valle del Cauca. Fue, sin
duda, un festival con alcance internacional.
Un
aspecto que merece especial mención es el fortalecimiento del talento local.
Más de 2.500 gestores culturales fueron reconocidos por su participación en
comparsas, muestras musicales y expresiones de danza.
Los
municipios del Huila acogieron actividades folclóricas, ratificando que el
Festival no pertenece a una sola ciudad, sino que es patrimonio de todo un
departamento. En Pitalito, por ejemplo, las jornadas artísticas movilizaron a
decenas de agrupaciones y cientos de asistentes, generando un valioso espacio
de encuentro social. En materia de seguridad, el balance es altamente positivo.
Las autoridades reportaron el mejor comportamiento en términos de orden público
y delincuencia común de los últimos ocho años. Se instalaron 28 puestos de
control policial y se redujeron sustancialmente los índices de delitos. Este
resultado no es fortuito: es fruto del trabajo articulado entre la fuerza
pública, las autoridades locales y la ciudadanía.
Ahora
bien, aunque el balance en términos culturales y logísticos es alentador, aún
estamos a la espera de los indicadores económicos oficiales, los cuales
esperamos sean publicados en los próximos días. Estos permitirán dimensionar
con mayor precisión el impacto del Festival en variables como ventas,
empleabilidad, consumo interno y circulación de recursos en las distintas
localidades.
Como
diputado del Huila, pero, sobre todo, como opita y laboyano, celebro con alegría
esta versión del Festival del Bambuco, pero también asumo con responsabilidad
el reto de seguir fortaleciendo esta plataforma cultural. Es necesario seguir
apostándole a nuestros artesanos, garantizando que tengan espacios dignos y
visibles; asegurar que los procesos artísticos tengan continuidad más allá del
mes de junio.
Que
la edición 65 nos encuentre más organizados, más incluyentes y más conscientes
del valor inmenso que representa nuestra cultura opita.
Porque
el Huila no sólo baila Sanjuanero: el Huila lo siente, lo vive y lo proyecta al
país con dignidad y orgullo.
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