¡BONITO PITALITO!

Por Mario Alberto Valderrama Yagüe 

Magistrado de la República 

Recorrer la Cuarta desde el Cementerio viejo hasta La Orqueta para los laboyanos que han superado los 50 años es muy emotivo y agradable. Queda la Calle Real por donde se movilizaba sin dificultad. Se echaba la bendición cuando pasaba por la imagen de Cristo Rey en señal de respeto, miraba el busto de don Lorenzo Cuéllar frente a la Escuela de Artes, busto que en los años noventa se lo robaron, y admiraba la hermosa casa quinta de los Molina. Se pasaba por la Escuela de Niñas y llegaba donde el señor Reyes para que le alquilara una bicicleta en la que se aprendió a montar.

Ahora la Carrera Cuarta está congestionada de vehículos y peatones. Un gran comercio formal e informal la invadió. Pregoneros promocionando negocios con ruidosos parlantes que contamina el medio ambiente auditivo. Las fachadas de las otroras casas de familia ahora destinadas a locales comerciales, cubiertas de avisos. 

El Sombrero Elegante, Almacén El Suyo, Almacén Chic, Droguería San Antonio, Teatro Laboyos, Heladería La Bambi, el Café Azul y Rojo, La Yuma, El Yep, la Gallera, la Caja Agraria, Aldichar, Droguería La Nueva España del señor Martín, ya no existen, fueron sustituidos por centenares de locales con varios avisos donde se ofrece diversa clase de artículos de comercio.

Desapareció Cuatro Vientos como lugar de encuentro de los jóvenes laboyanos. Quedaba en la esquina del  Edificio Rivas. Muy pocas fachadas bonitas quedan de esa época del Pitalito viejo.

Aún los herederos de don Héctor Polania mantienen la fachada bien cuidada. Tal como la mantenía don Héctor. Aunque fue modificada para incluir locales comerciales. 

También la casa que fuera de la familia Puyo, donde tuvo el consultorio el Dr.

 Rafael Pino, y la cafetería La Cita del señor Briñez.

Ojalá los propietarios de la casa de doña Lucila Rozo, la casa donde funcionó el billar de don Chepe Peña, la casa del profesor González, que le quitaron la teja de barro y le pusieron tejas metálicas, y la casa donde tuvo el consultorio el Dr. Manuel Castro la limpiaran, pintaran y la conservaran bellas.

Aún mantiene su belleza la casa de los Barcia que hace esquina con la torre de San Antonio. Ahí funcionó la botica de don Bruno Dussan. Muy bonita.

Señor Alcalde Luna, usted que es nativo de Laboyos, póngale trabajo a su secretario de gobierno para que desempolve esos acuerdos que le ponen orden a la Calle Real y al centro histórico de Pitalito. Que se reúna con los dueños de las casas y los comerciantes, los comprometa y de común acuerdo se mantenga bonitas las fachadas. Eso sí, hay que empezar por la Casa municipal que también está descuidada. No la pintaron en Navidad.

Pitalito y algunas de las construcciones coloniales que quedan en el microcentro de la ciudad.