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viernes, 29 de agosto de 2025

PARAPETO. - MONTERÍA LE DIO LA CARA A SU RIO, NEIVA LE DIO LA ESPALDA.


POR JULIO BAHAMON VANEGAS 


En cualquier ciudad del mundo el río suele ser el corazón de la ciudad cuando sus autoridades saben reconocerlo.

En 1.972, me correspondió ordenar la publicación de la licitación pública para el concurso de méritos profesionales, de quien, o quienes, iban a ser los encargados de las obras de higienización y canalización de la quebrada La Toma, sus avenidas y sus puentes, entre la línea del ferrocarril, aguas abajo, hasta su desembocadura en el rio Magdalena. Fue la primera obra de urbanismo que le cambio la cara a la ciudad. Desde entonces administraciones sucesivas construyeron otros tramos de canalización, y pare de contar. 

Montería lo entendió hace más de 20 años y decidió transformar el Sinú en eje de su desarrollo Urbano y social. Neiva, en cambio, durante más de 50 años, prefirió ignorar el Magdalena, Las Ceibas y el Río del Oro, hasta hoy, que ha llegado un empresario huilense, con iniciativas loables para modernizar la capital del departamento. En tantos años se les ha dado la espalda desperdiciando una oportunidad de progreso.

La capital de Córdoba es hoy un referente internacional. La Ronda del río Sinú, sus parques lineales, sus ciclorrutas y el transporte fluvial, único en el pais, son símbolos de una planeación sostenida que convirtió el río en orgullo ciudadano y motor de calidad de vida. Montería es ejemplo de cómo la visión política, cuando es honesta, constante y colectiva, puede cambiar la historia de una ciudad.

Neiva, por el contrario, se quedó atrapada en la politiquería y en la corrupción. La pelea de los grupos políticos y partidos por la alcaldía no es para competir, en quien lo hace mejor, sino entre quienes se enriquecen más con el erario público, a sabiendas de que los antecesores que han robado, han contado con la “buena suerte” de que la justicia venal no los va a tocar.

Hoy las riberas de los ríos, que pudieron convertirse en lugares de encuentro, cultura y turismo, son escenarios de abandono, contaminación y proyectos inconclusos. Las anteriores administraciones carecieron de visión. Se dedicaron a administrar el momento, dándole la espalda a los ríos Magdalena, Ceibas y del Oro.
Neiva sigue esperando que alguien entienda que la ciudad no puede crecer hacia zonas del oriente, áridas, secas, sino que debe darles importancia a sus ríos, de lo contario se afecta también el turismo, la economía y la identidad de los Niévanos.  

El río Sinú enseña que cuando hay decisión política y apoyo ciudadano, la transformación es posible. El Magdalena, Las Ceibas y el Río del Oro esperan que algún día les devuelvan la mirada. 

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