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viernes, 15 de agosto de 2025

JUVENTUD EN ACCIÓN: EL HUILA RESPONDE AL LLAMADO DE LA DEMOCRACIA


POR WILFRED TRUJILLO TRUJILLO

Diputado Asamblea del Huila

 

En el Huila, la participación juvenil dio un salto histórico: este año, las inscripciones a los Consejos Municipales de Juventud aumentaron un 56,8% frente a 2021. Son 1.505 jóvenes los que decidieron ser candidatos y ocupar un lugar en los escenarios de elección popular. Este no es solo un dato estadístico; es la señal de que la nueva generación está decidida a asumir un papel activo en la política, con ideas propias y una agenda que busca transformar la realidad de sus comunidades.

 

La participación de los jóvenes en la política no puede seguir viéndose como un complemento o un gesto simbólico. Es, en realidad, uno de los pilares para garantizar que las decisiones públicas reflejen las necesidades y aspiraciones de toda la sociedad. El reciente cierre de inscripciones para las elecciones de los CMJ en el Huila confirma que la juventud está dispuesta a ocupar su lugar en los escenarios de elección popular.

 

Según cifras oficiales de la Registraduría Nacional, este año se inscribieron 1.505 jóvenes como candidatos en todo el departamento, lo que representa un aumento del 56,8% respecto a 2021. “Hemos tenido un incremento significativo frente a las inscripciones que se hicieron en el año 2021, con un balance de 61 listas independientes, 144 de partidos políticos y 96 de prácticas organizativas, para un total de 298 listas en el Huila”, destacó Yanira Córdoba, delegada departamental de la Registraduría.

 

El municipio de Neiva encabeza la participación con 40 listas y 341 candidatos, seguido por Pitalito con 19 listas y 96 candidatos. En ambos casos, el interés por participar refleja un escenario político donde la juventud está dejando de ser espectadora para convertirse en protagonista. De acuerdo con la delegada Córdoba, “vemos que los jóvenes están más activos y con mayores expectativas frente a este proceso y a la elección que se va a realizar”.

 

La relevancia de este proceso no está únicamente en las cifras de inscripción, sino en lo que representa para la democracia. Los CMJ son espacios donde los jóvenes pueden proponer, debatir y aportar a la construcción de políticas públicas locales. Su papel es consultivo, pero con capacidad de influir en temas clave como educación, empleo, medio ambiente, cultura, salud y derechos humanos. Esto significa que cada lista inscrita es un grupo de jóvenes organizados con la voluntad de hacer parte de las soluciones que sus comunidades necesitan.

 

En esta ocasión, la logística electoral también favorece la participación. Los jóvenes entre 14 y 28 años podrán votar en cualquier puesto del país presentando su tarjeta de identidad o cédula, sin importar su lugar de residencia. Además, la Registraduría eliminó el voto en blanco del tarjetón para evitar confusiones y reducir el riesgo de votos nulos. “Es una gran facilidad que se le está dando a los jóvenes para que puedan participar”, afirmó Ángel Eduardo Triana, también delegado departamental.

 

Pero la inscripción es apenas el primer paso. El verdadero reto está en garantizar que el entusiasmo de quienes se postularon se traduzca en campañas propositivas y cercanas a la ciudadanía. La política juvenil no debe replicar las prácticas desgastadas de la política tradicional, sino marcar la diferencia con transparencia, trabajo en equipo y compromiso real con la comunidad. En este sentido, las campañas deben enfocarse en explicar propuestas claras y viables, no en discursos vacíos o promesas imposibles de cumplir.

 

Es importante también que los adultos, las instituciones y los líderes políticos comprendamos que apoyar a los jóvenes no significa dirigirlos o imponerles agendas, sino darles el espacio, la formación y el respaldo para que puedan ejercer su liderazgo con independencia y criterio propio. La juventud tiene la capacidad de introducir en la agenda pública temas que a veces quedan relegados, como la transición energética, la salud mental, la equidad de género, la protección ambiental y la innovación tecnológica.

 

El caso de Neiva y Pitalito es ilustrativo. No se trata solo de los números, sino del trabajo previo que ha permitido que más jóvenes se sientan convocados. En Neiva, las universidades, colectivos culturales y organizaciones juveniles han fortalecido sus redes de participación. En Pitalito, el liderazgo comunitario y las iniciativas locales han generado un terreno fértil para que los jóvenes den el salto a la política formal. Esto demuestra que, cuando se crean condiciones y se abren canales, la juventud responde con compromiso.

 

El aumento de las inscripciones y la diversidad de listas son un buen punto de partida, pero la meta debe ser que el próximo 19 de octubre no solo haya más candidatos, sino también más votantes jóvenes acudiendo a las urnas. La democracia no se fortalece con el silencio, sino con la participación activa y consciente. Y en este sentido, el llamado es a que cada joven entienda que su voto no es un simple trámite, sino una herramienta para decidir quiénes van a representarlo y qué prioridades van a defender.

 

La política desde los jóvenes y para los jóvenes es una inversión a largo plazo. Cada líder que se forma hoy puede convertirse en un referente regional o nacional mañana. Cada propuesta que se presenta en un CMJ puede evolucionar en un programa de gobierno o en una política pública. Y cada voto emitido con conciencia es un paso más hacia un Huila donde la democracia sea más representativa y plural.


El momento es ahora. Los jóvenes del Huila ya dieron un paso adelante al inscribirse. Ahora, la tarea es de todos: motivarlos, respaldarlos y escucharlos. Porque cuando la juventud participa, la política se renueva y las comunidades avanzan.La democracia se fortalece cuando la juventud no solo sueña, sino que decide.

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