Por escrito, 27 de los 35
imputados en el Subcaso Huila - Caso 03, aceptaron los crímenes documentados
por la Sala de Reconocimiento entre 2005 y 2008 por implementar la política presión
por bajas en combate como único resultado operacional tangible válido.
200 asesinatos, entre ellos 32 desapariciones
forzadas, además de ocho tentativas de homicidio, fueron perpetrados por
integrantes del Batallón de Infantería No. 26 'Cacique Pigoanza' (BIPIG), al
Batallón de Infantería No. 27 'Magdalena' (BIMAG), a la Agrupación de Fuerzas
Especiales Urbanas No. 11 (AFEUR 11) y a la IX Brigada.
Ante la Sala de Reconocimiento
de la JEP, 27 integrantes del Ejército Nacional, que operaron en Huila entre
2005 y 2008, aceptaron haber participado en la ejecución de un plan criminal
para exhibir como resultados operacionales legítimos homicidios perpetrados en
combates simulados. Los uniformados aceptaron que el objetivo era dar una falsa
sensación de seguridad a la población civil, así como alcanzar beneficios
profesionales y mayor legitimidad institucional.
Entre ellos están Orlando Pico
Rivera y Ricardo Andrés López García, dos antiguos comandantes del Batallón de
Infantería No. 26 'Cacique Pigoanza' (BIPIG), así como Leonardo Ayala Remolina,
antiguo comandante de la Agrupación de Fuerzas Especiales Urbanas No. 11 (AFEUR
11), adscrita a la IX Brigada. Además de estos tres tenientes coroneles, todos
los oficiales que integraron la plana mayor del BIPIG aceptaron
responsabilidad, así como tres integrantes de la plana mayor del Batallón de
Infantería No. 27 'Magdalena' (BIMAG).
Se trata de los tenientes
coroneles: Alejandro León Campos, Faiver Coronado Camero, Jair Arias Sánchez,
Luis Carlos Aguilera Quintero, Domingo Peña Cepeda, Mario Hernán Duarte Méndez
y Ómar Oswaldo Ojeda Oliva. Ante la JEP reconocieron responsabilidad los
comandantes de los batallones investigados que, para la época de los hechos, se
encargaron de dar las órdenes para implementar la política (presión por bajas
en combate como único resultado operacional tangible válido) que se trazaba
desde la IX Brigada y que la Sala de Reconocimiento documentó mediante tres
patrones macrocriminales descritos en la investigación.
A la lista de reconocimientos,
que se dan en el marco del Caso 03, que investiga los mal llamados ‘falsos
positivos’, se suma tres mayores: Francisco Adrián Álvarez Calderón, Julián
Andrés Calderón Motta y Felipe Andrés Ramírez Gómez. Así como tres capitanes:
Jesús Mauricio Jiménez Botina, Miller Damián Forero Cruz y Carlos Mahecha
Bernal.
Los seis suboficiales
imputados a través del Auto de Determinación de Hechos y Conductas: Carlos
Mahecha Bernal, Desaix de Jesús Palomino Mejía, Fernando Riveros Sarmiento,
William Andrés Capera Vargas, Carlos Hernán Rodríguez Vera y José Roldán López
Cerón, además de los soldados profesionales Luis Rodolfo Mulcué Sanza,
Willinton Espinosa Baquero, Roberto Yesid Quintero Quintero, Francisco Javier
Castañeda Alfaro y José Yaty Anacona Bueno también aceptaron responsabilidad.
Los comparecientes, que fueron
imputados por crímenes de guerra y de lesa humanidad, reconocieron por escrito
su responsabilidad en la comisión de 200 asesinatos, entre ellos 32
desapariciones forzadas, además de ocho tentativas de homicidio. En sus reconocimientos
de hecho “ratificaron su compromiso con las víctimas, la jurisdicción y el
Acuerdo de Paz”, aceptaron su responsabilidad individual y reconocieron “su
participación en calidad de máximos responsables".
Pese a la amplia evidencia
testimonial y de documentos militares contrastados por la Sala de
Reconocimiento, los mayores generales (r) Édgar Alberto Rodríguez Sánchez y
Marcos Evangelista Pinto Lizarazo, así como el mayor general Miguel Ernesto
Pérez Guarnizo, el general Jaime Alfonso Lasprilla Villamizar y el brigadier
general William Fernando Pérez Laiseca manifestaron que no reconocen
responsabilidad.
Por su parte, el teniente coronel Carlos Yair Salamanca Robles y el mayor Ángel Fernando Carvajal Rojas tienen plazo hasta el 2 de febrero para informar si reconoce o no responsabilidad. Y, en el caso del mayor Félix Juan Carlos Araque, tiene hasta el 5 de febrero para radicar su respuesta.
Una vez venza el plazo fijado por la Sala de Reconocimiento, la magistratura fijará los términos de la Audiencia de Reconocimiento de Verdad, en la cual los comparecientes se deben referir públicamente sobre los hechos y conductas consignadas en el auto de imputación, tal como ha sucedido con los subcasos Norte de Santander, Costa Caribe, Casanare y Dabeiba. En los casos de quienes no reconocieron responsabilidad, los cinco comparecientes se enfrentan al proceso adversarial, a través de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, en donde de ser hallados culpables se exponen a penas de hasta 20 años.
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