Por Julio Bahamon
Estamos a escasos 60 días hábiles de las elecciones de congreso, y a 110 días de la primera vuelta presidencial. A la mayoría de ellos, por no decir que a todos y a todas, no se les conoce una estructura de campaña, tampoco han expresado que es lo que quieren, en caso de ser los ganadores de la consulta. Gran parte de los casi 62 aspirantes nunca han sido elegidos popularmente, y en consecuencia no tienen experiencia política, y de ser nominados, serían unos mandatarios improvisados.
¿Eso es lo que necesita el país?, ¿más improvisación? De todos los que están en disputa, rescataríamos al Dr. Enrique Peñalosa, dos veces elegido alcalde de Bogotá, y las dos, demostró ser un gran gerente.
Me asalta una preocupación y es la de que, los precandidatos, en su mayoría, pareciera que no se han dado cuenta de la presencia territorial de los grupos armados ilegales que avanzan sin mayor resistencia, y de que millones de ciudadanos sentimos que la inseguridad ya está tocando las puertas de las ciudades y de nuestros propios hogares. Cuando hablo de algunos precandidatos, me refiero a los del espectro del Centro, Centro – Derecha, y Derecha, con niveles de intención de votos iguales o inferiores al 3%, que continúan proponiendo aplazar decisiones fundamentales para la conformación de una candidatura unificada, sugiriendo que la escogencia se haga en enero del año entrante, dejando la definición real para la consulta interpartidista del mes de marzo de 2026. Un verdadero galimatías para la toma de decisiones, muy peligrosa, que puede ser finalmente desconocida por cualquier fantoche, y llevarnos a la debacle en mayo del próximo año.
¿Acaso es que no ven el país en el que estamos parados? Lo serio, lo coherente, es reconocer la realidad: para disputar la Presidencia en 2026 se necesita un liderazgo sólido, con reconocimiento, credibilidad, estructura y capacidad de movilización real.
Por ese motivo cobra especial sentido la propuesta del precandidato Abelardo de la Espriella que planteó que solo deben competir en diciembre quienes igualen o superen el 10% de opinión. Esa iniciativa no excluye a nadie, deben entender quienes no alcancen el porcentaje de opinión del 10%, o más, que las pesquisas que los han colocado entre el 3%, o menos, ya los excluyo de la competencia.
¿Por qué temerle a un criterio objetivo? ¿Por qué oponerse a una selección sería basada en cifras medibles? Mientras el Dr. De La Espriella se inscribirá con 4 millones de firmas de ciudadanos de carne y hueso, verificables, ¿dónde están los apoyos concretos de los demás?
En tanto se discuten boberías,
con precandidatos perfumados, la izquierda capitaliza cada día la falta de
unidad y claridad del centro, del centro-derecha y de la derecha. Cada semana
que perdemos en discusiones internas le estamos dando una ventaja regalada al
adversario que camina de la mano de los grupos ilegales armados, como lo
conocimos en las denuncias de Caracol TV, de la connivencia de un general del
ejército, de un importante funcionario de la Dirección de Inteligencia del
Estado, con los narcoterroristas de las Farc.
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