Históricamente, hemos
enfrentado innumerables crisis institucionales, pero pocas veces alguna tan
delicada como las revelaciones que están hoy circulando sobre archivos de la
estructura narcoterrorista de “alias Calarcá”, el brazo armado más peligroso
del Comando Central de las Farc bajo la órbita de “Iván Mordisco”.
En las investigaciones
periodísticas, aparecen en los dispositivos nombres de un General del Ejercito
y de un alto funcionario de la Dirección Nacional de Inteligencia, mencionados
en comunicaciones internas de la disidencia criminal. Desde luego que se
necesitan pruebas judiciales, pero el solo hecho de que existan denuncias de
esa magnitud, que involucran a las Fuerzas Armadas, a la Inteligencia del
Estado y a actores armados ilegales, obliga al país entero a encender las
alarmas en las instituciones de forma inmediata. “Cuando el río suena, es porque piedras
lleva”, quiere decir, que los rumores suelen tener una base cierta.
Eso lo veíamos venir. No
entiendo por qué nuestros líderes no tuvieron en cuenta la gravísima situación
que vive hoy la ruralidad colombiana, cuyo territorio ha sido tomado, copado,
prácticamente en un 80% por esos grupos armados ilegales, y que aún guarden
silencio. Personalmente, lo tengo muy claro: los grupos criminales están
buscando influir, condicionar y penetrar estructuras del Estado y esa
influencia, según los archivos publicados, si no actuamos unidos, van a tener
efectos en la política electoral que definirá la presidencia en el 2026.
A los ingenuos les digo: hemos
tenido y vivido infiltración del narcotráfico en la política, en las décadas de
los 80 y parte de la del 90, corrupción en las más altas esferas que hizo
metástasis en las gobernaciones y alcaldías que han marcado a generaciones, por
esa razón, ante esas denuncias, lo único inaceptable es la indiferencia
Asesinaron a Lara, a Galán, a Pardo Leal, a Pizarro, a Antequera, a Jaramillo,
etc. y esa ola de violencia se ha trasladado hoy al año 2025 con el asesinato de Miguel Uribe
Turbay.
De confirmarse los vínculos
del General y del alto funcionario del DNI con la organización de “Alias
Calarcá”, estaríamos ante una ruptura muy grave que colocaría a 52 millones de
colombianos en un serio peligro.
Que pueden hacer los partidos
y sus líderes: 1.- Exigir un peritaje externo urgente sobre los archivos
atribuidos a “Calarcá”; 2.- Exigir una auditoria exhaustiva a la oficina de la
Dirección Nacional de Inteligencia: 3.- Exigir claridad absoluta de parte del
ministro de defensa y sobre el papel que cumple ese General en las pesquisas;
Informar al Departamento De Estado de los Estados Unidos, sobre la extensión
del brazo narcoterrorista del Cartel de Los Soles del gobierno de Nicolás Maduro para lo de su competencia.


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