Crecen las esperanzas en Pitalito: La Unidad de Búsqueda busca 10 cuerpos desaparecidos en cementerio clausurado
Mientras la espesa vegetación cubre el clausurado cementerio San Antonio de Padua, también crece la esperanza de decenas de familias que anhelan encontrar a sus seres queridos desaparecidos. En una nueva intervención técnica forense, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) se encuentra trabajando entre el 19 y el 29 de agosto para recuperar al menos 10 cuerpos que podrían corresponder a víctimas del conflicto armado.
Esta intervención, que da continuidad a un trabajo iniciado en 2022, se centra en 10 puntos específicos dentro del cementerio. Según explicó Isaac Giraldo, investigador humanitario de la UBPD, los equipos esperan exhumar entre 10 y 12 cuerpos que no han sido identificados ni reclamados. La labor se sustenta en una investigación humanitaria y extrajudicial que ha logrado identificar un registro de 87 cuerpos en este camposanto.
Un trabajo de esperanza para familias de todo el país.
La investigación de la UBPD ha revelado que los cuerpos depositados en el cementerio San Antonio de Padua no son solo de personas de la región. De hecho, se presume que podrían ser de individuos desaparecidos en departamentos como Meta, Cesar, Valle del Cauca, Risaralda, Putumayo, Caquetá, Huila, Tolima y Nariño. Esta amplia procedencia subraya la magnitud del conflicto y la urgencia de estas labores de búsqueda.
Para las familias de las víctimas, la espera ha sido larga y dolorosa. Esta intervención representa un rayo de luz en su incansable lucha por la verdad y la justicia. El trabajo de la UBPD, en coordinación con otras instituciones como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), es un pilar fundamental en el cumplimiento de los acuerdos de paz y en la reparación a las víctimas.
Este esfuerzo en Pitalito se suma a un trabajo más amplio de la UBPD en todo el país. Recientemente, se han llevado a cabo exhumaciones en cementerios de regiones como Urabá, Antioquia y el Meta, donde también se han recuperado e identificado cuerpos de personas dadas por desaparecidas. Estos hallazgos no solo dan un nombre a las víctimas, sino que también permiten a sus familias cerrar un ciclo de incertidumbre y duelo.
El caso de Pitalito es un ejemplo de cómo la articulación de la información humanitaria con la labor forense puede dar resultados concretos, devolviendo la esperanza a quienes han buscado a sus seres queridos por años. La Unidad de Búsqueda continúa su incansable labor en un compromiso firme con la memoria y la no repetición de los hechos del conflicto.
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