El censo electoral del Huila supera los 800 mil votantes, por lo que debe ser tomado con seriedad, como corresponde a la confianza que siempre ha tenido el expresidente Álvaro Uribe con los huilenses.
Por Julio Bahamon Vanegas
En la política, como en toda
empresa, el éxito no llega por casualidad. Se construye; y esa edificación
comienza por organizar las estructuras que fortalezcan a los partidos y que
apuntalaran, en pocos meses, la campaña presidencial, tal vez, la más decisiva
para el futuro de Colombia.
No hay camino a la victoria
pavimentado, sino lleno de dificultades que se deben sortear con inteligencia y
con una arquitectura interna sólida. No hay candidatos sin que exista
previamente un respaldo territorial bien ensamblado. Por eso, lo primero es lo
primero: las listas a la Cámara de Representantes y al Senado, organizadas con
rigor, estrategia y sentido común.
Nuestro departamento no será
la excepción. Por el contrario, debe dar ejemplo. El censo electoral del Huila
supera los 800 mil votantes, por lo que debe ser tomado con seriedad, como
corresponde a la confianza que siempre ha tenido el expresidente Álvaro Uribe
con los huilenses. Las decisiones no deben ser improvisadas, deben consultar
las matemáticas electorales, para no equivocarse y nos obliga a entender en dónde
están los votos, quienes los representan y bajo que liderazgos se pueden
convertir en fuerza ganadora para el 2026.
Las cifras hablan con
claridad: Neiva y la zona norte
representan el 34% del censo electoral, un bloque que ninguna colectividad
puede subestimar: Le siguen Pitalito, con sus ocho municipios del sur, luego
Garzón y el centro y finalmente el suroccidente con el municipio de La Plata a
la cabeza. Cuando se tiene el cuidado de analizar la política con
responsabilidad, esta aritmética se convierte en brújula que señala la
dirección correcta a seguir. Las equivocaciones que se han cometido, en el
pasado, se deben al desconocimiento de las realidades o, a imposiciones que han
sido causa del retroceso y de derrotas. Por eso la lógica es simple y
contundente: Hay que atender esas realidades con los mejores candidatos que se
han inscrito. Allí encajan nombres como los doctores Felipe Trujillo Uribe y
Jaime Felipe Lozada, líderes con trayectoria, reconocimiento y capacidad de
disputar espacios de poder. La Exdiputada Tatiana Méndez también tiene una
oportunidad enorme, siempre y cuando, esto es indispensable, interprete la
situación actual con humildad y compromiso, no con apuestas individuales que
puedan ser entendidas como lecturas equivocadas al momento.
Finalmente, la lista debe
interpretar el peso de las regiones y que esté integrada por liderazgos capaces
de movilizar, convocar y entusiasmar a la gente. El país está en un momento crítico
y si la oposición aspira a ganar debe llegar unida a respaldar un candidato
presidencial único, fuerte y competitivo, y ese esfuerzo empieza por el
territorio, por sus regiones y por sus líderes naturales. Bajo esas condiciones
nos volcaremos a todas las zonas del departamento. Porque allí es donde se
juega la verdadera política. La victoria se construye desde ya, y el primer
paso, el decisivo, es ordenar bien la casa.



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