En la tarima estuvieron el presidente Gustavo Petro y algunos de los capos de la cárcel de Itagüí, trasladados desde el centro penitenciario hasta el sector de La Alpujarra - crédito Presidencia
Impunidad con antifaz de justicia: Delincuentes transformados en víctimas, y ciudadanos de bien, en rehenes.
POR
JULIO BAHAMON VANEGAS
La
violencia se recrudece en regiones enteras, mientas el gobierno de Gustavo
Petro, en cabeza de su ministro de Justicia, el camaleónico y mercenario
Eduardo Montealegre, anuncia sin rubor un proyecto de ley para liberar
masivamente a presos condenados por delitos comunes, sin que exista una
política formal de sometimiento a la justicia ni un marco legal que la
sustente.
El
proyecto del gobierno de Petro no pretende humanizar las cárceles del pais,
sino implosionarlo, derrumbarlo desde adentro. Se equivocan los que creen que
el proyecto aliviara el hacinamiento carcelario, pues de lo que se trata es de
desmantelar el sistema penal colombiano.
Eduardo
Montealegre le ha vendido el alma al diablo, congraciándose con el gobierno de
Gustavo Petro, convencido de que Petro ejercerá presión ante el juez que debe
considerar la condena del Dr Álvaro Uribe, lo que lo ha convertido en un
instrumento del autoritarismo progresista.
No
es casual que este anuncio llegue en medio de la deslegitimación de los jueces
que no le son afines, del acoso a la fiscal general y de la presión descarada
sobre los jueces y magistrados que deben fallar en el caso del expresidente
Álvaro Uribe. Con el proyecto de ley el gobierno quiere liberar a los
criminales de las cárceles, pero a la vez encerrar a la oposición con procesos
judiciales amañados, como el que se cierne contra el ilustre expresidente.
¿Quiénes
se beneficiarían de este plan perverso, con amnistía disfrazada? Miles de
condenados por homicidio, robo, extorsión, narcotráfico, abuso sexual o porte
ilegal de armas. Se puede inferir que esta maldita iniciativa ministerial es el
corolario del pacto de la Picota: La justicia a órdenes de los agresores y dejar
desprotegidos a los ciudadanos. El mundo al revés.
Se
legitima la ilegalidad, la reincidencia, desmoraliza a la fuerza pública,
desautoriza a los jueces y todo eso arropado con una retórica de “derechos
humanos”.
No
es un secreto, todos los caminos conducen a la intención de Petro de construir
un régimen populista y autoritario, debilitar los pesos y contrapesos, desarmar
la justicia y destruir a la oposición. Lo ha dicho el nuevo jefe de gabinete,
“Huevo Duro”, (lo más parecido al personaje de la tira cómica de Condorito), el
pastor Saade, desde Caracas.
Hemos
sido avisados, hay una declaración oficial de guerra a la legitimidad
institucional. ¿Como vamos a responder? Julio Bahamon.
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