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miércoles, 10 de diciembre de 2025

PARAPETO. - EL ÚNICO CAMINO: RESPALDAR A DE LA ESPRIELLA.

 


Por Julio Bahamon Vanegas


La reciente carta del Dr. Abelardo de La Espriella dirigida al expresidente Álvaro Uribe marca un hito dentro del debate sobre la estrategia presidencial del sector democrático para 2026; igualmente establece un recordatorio fundamental: la política seria se hace con visión, no con improvisaciones.


Leyendo la misiva encuentra uno una postura coherente, razonada y, sobre todo responsable frente al momento político que atraviesa Colombia. En su documento, el candidato mayoritario con justa razón renuncia a participar en una consulta interpartidista que, a la hora de la verdad, no muestra ninguna utilidad, consenso ni viabilidad electoral; esa actitud del Dr. De la Espriella es un acto de madurez estratégica y de profundo respeto por el país. 


La realidad salta a la vista: varios de los precandidatos que están compitiendo, incluidas las tres del Centro Democrático, no lograron consolidarse ni construir un proyecto nacional competitivo. Pretender que una consulta con actores minoritarios genere un liderazgo sólido para disputarle el poder a la izquierda radical es, en el mejor de los casos una ilusión, y en el peor, un distractor que fractura y dispersa, esfuerzos.


La política se hace con votos, con estructura y con liderazgo. Y hoy, quien ha demostrado tener ese respaldo real es De la Espriella, refrendad por 4,8 millones de firmas, un capital político que ningún otro precandidato puede siquiera aproximar. Insistir en una consulta sería condenar al sector democrático a un desgaste innecesario, a un gasto millonario que nos tocaría pagarlo a todo el país, y a un espectáculo de vanidades que terminaría por debilitar la opción más fuerte.

 

La carta enviada al expresidente Uribe es directa, respetuosa, firme y argumentada. No los distancia, no rompe, sino que ordena la conversación y sobre todo, invita a la dirigencia a sintonizarse con la realidad política.


El objetivo es simple, pero exige trabajo y disciplina: ganar en primera vuelta, el 31 de mayo de 2026. Para lograrlo, no se debe desviar energías en contiendas inocuas que solo alimentan vanidades de unas cuantas y cuantos precandidatos sin opciones reales.


La unidad del país se construye alrededor de quien puede ganar, de quien conecto con la ciudadanía y de quien demostró capacidad para movilizar millones de colombianos sin utilizar maquinarias, estipendios, ofertas, canonjías, o pesadas cargas partidistas que se han convertido en lastres.


El Dr. De la Espriella hace bien en no prestarse para una consulta inofensiva, una especie de agüitas aromáticas: que, si se toman, no hacen daño, y si no, no se necesitan. 


Colombia no está para ensayos. Está para decisiones sensatas. Y el único camino, hoy, es respaldar a  De la Espriella.

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