Por Julio Bahamon Vanegas
¿Por culpa de quién? Muchos nos preguntamos: ¿qué es lo que pretenden nuestros dirigentes regionales, con las permanentes peleas internas?
Hagamos un breve repaso de los que nos entregó el presidente Álvaro Uribe: Álvaro Uribe vino al Huila en 2014 y nos extendió unos talentos con más de 300.000 votos, con los que ganamos en los 37 municipios del departamento. En 2.016 se escogió un excelente candidato a la gobernación, al Dr. Rigoberto Ciceri, pero lo dejaron solo y el resultado fue un bajón impresionante, apenas alcanzamos 40.000 votos.
Luego en el 2.018 volvió el uribismo a apoyarnos y se obtuvo un triunfo importante con más de 287.000 votos a favor de Iván Duque. Regresamos a las elecciones de gobernador en 2020 con otro inmejorable candidato el Dr. Manuel Macias y se repitió el olvido y fracasamos con apenas 42.000 votos; el 2.022 fue la debacle: una equivocación personal, lo admito, se propuso el nombre del Dr. Edwin Valencia que termino en un verdadero fiasco con apenas 6.200 votos. Conclusión: ¿quién le debe a quién? Pero lo más grave es que cuando el presidente Uribe nos ha llamado a la cordura y nos pregunta: ¿qué hicimos con las cifras que nos confió desde el 2014?, le hemos respondido con arrogancia, y afloran las rencillas personales, heredades, de las cuales, aún no nos hemos podido reponer.
¿A las quejas de algunos que reclaman por qué “no se tuvo en cuenta al Huila?, les contesto, que es un mensaje político claro: el departamento ha perdido relevancia dentro del partido y duele reconocerlo, pero es cierto. Lo primero que debemos preguntarnos es: ¿qué hicimos, o dejamos de hacer, para llegar a este punto? La respuesta está a la vista. Por años, el partido en la región se dedicó más a las peleas internas, los vetos, las fracturas y las rencillas personales que a construir un partido coherente y fuerte. La política, como cualquier organización, castiga la indisciplina y premia la cohesión, y el Huila se encargó de enviar un mensaje, exactamente contrario.
No es falta de talento, pues las personas que se inscribieron como aspirantes al senado, son figuras valiosas, pero no logramos demostrar unidad mínima de propósito. Cada grupo o facción interna trabaja por su lado, cada quien protege su pequeño espacio, pero cuando llega el momento de las grandes decisiones, el partido aparece dividido, débil y poco confiable para las directivas nacionales. En política, quien no suma, resta. Sin embargo, del todo no quedamos relegados al olvido, pues el presidente Uribe le dio reconocimiento a una figura joven del departamento en el renglón 42, al abogado Miguel David Perdomo Duran, lo cual abre espacios para futuras y próximas contiendan electorales.
Cuál debe ser entonces la tarea: 1.- Unir al partido en el departamento; 2.- Superar las guerras internas; 3.- construir nuevos liderazgos regionales confiables; 4,-. Demostrar que el Huila sí aporta electoralmente, y 5.- Entender que la política premia la disciplina, no el ruido.
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