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lunes, 8 de diciembre de 2025

UNA NAVIDAD QUE FORTALECE A QUIENES SOSTIENEN AL HUILA.

 


Por Wilfred Trujillo Trujillo

Diputado Asamblea del Huila 

 

La Navidad siempre ha sido una época profundamente significativa para nuestras familias. Es un tiempo en el que las luces no solo adornan calles y hogares, también iluminan la memoria, el encuentro y la esperanza. Pero además de su valor emocional, este mes representa un impulso económico determinante para el país y para el Huila. Cada diciembre, de acuerdo con cifras de Fenalco, el comercio colombiano puede crecer entre un 25 y un 40 por ciento.

 

 

Este movimiento no es únicamente el reflejo de una temporada de compras. También es una oportunidad real de fortalecer los ingresos de miles de hogares. Por eso creo que es necesario mirar esta Navidad con una perspectiva diferente, no como un gasto inevitable, sino como una decisión consciente que puede fortalecer a nuestra comunidad cuando escogemos comprar en nuestro propio territorio.

 

Cuando recorro los municipios del departamento veo con claridad que detrás de cada negocio familiar hay una historia digna de ser contada. El artesano que pasa noches enteras tallando una pieza de madera que luego exhibirá en una feria. La productora de achiras que trabaja junto a su familia para responder pedidos que aumentan en diciembre. La joven emprendedora que diseña accesorios desde su hogar. El cafetero que, pese a los retos del clima y de los precios internacionales, sigue cuidando cada grano como si cultivara esperanza. Estos rostros, estos oficios y estas manos representan una parte esencial del tejido económico que sostiene al Huila. La Navidad es el momento del año en el que más podemos ayudarles a mantenerse, crecer y proyectarse.

 

A veces no dimensionamos la fuerza de nuestras decisiones cotidianas. 


Escoger un regalo elaborado en el departamento en lugar de uno importado puede parecer un acto pequeño, aunque en realidad no lo es. Significa apoyar la permanencia de un taller, de un cultivo, de una microempresa. Significa brindarle un impulso directo a un emprendedor que compite en condiciones mucho más exigentes que aquellas de las grandes cadenas. Según datos de la Cámara de Comercio del Huila, más del 95 por ciento del tejido empresarial regional está compuesto por micro y pequeñas empresas. Muchas dependen casi por completo del movimiento comercial de fin de año. Cuando elegimos comprar en el Huila contribuimos a que miles de negocios cierren el año con estabilidad y comiencen el siguiente con un poco más de tranquilidad.

 

He tenido la oportunidad de conversar con emprendedores en Pitalito, Neiva, Garzón, La Plata, San Agustín, Palermo, Gigante y otros municipios. En todos encuentro la misma mezcla de esfuerzo y esperanza. La temporada de fin de año suele traducirse en un aumento significativo de la demanda. Más ventas en mercados campesinos. Mayor circulación en ferias artesanales. Más pedidos en panaderías, reposterías, talleres de confección y emprendimientos creativos. Este movimiento no solo beneficia a quienes venden sus productos. También favorece a quienes transportan, cultivan, producen, empacan o distribuyen. 

 

Pero el movimiento económico de diciembre en el Huila no proviene únicamente del comercio y los emprendimientos. También se fortalece a través del turismo cultural y religioso que, en esta temporada, atrae a miles de visitantes a municipios como La Jagua y San Agustín. En La Jagua, por ejemplo, la iniciativa “La Jagua es un Pesebre” ha convertido al centro poblado en uno de los pesebres vivientes más grandes del país, recorriendo más de 25 cuadras y movilizando a toda la comunidad. Solo en 2024 este evento atrajo a más de 500.000 visitantes, generó cerca de 1.500 empleos temporales y llenó por completo la oferta hotelera de la zona, dinamizando la economía rural mediante la venta de alimentos, artesanías, transporte y pequeños comercios locales.

 

San Agustín también se consolida como un destino clave durante esta época. Su pesebre viviente y su riqueza patrimonial con el Parque Arqueológico declarado por la UNESCO atraen visitantes durante todo el año. En 2024, el parque registró más de 71.000 visitantes, un crecimiento del 7,5 % frente al año anterior. Esta afluencia se suma a los 2,7 millones de visitas contabilizadas en todos los atractivos turísticos del Huila en 2023, lo que demuestra que el turismo es uno de los motores de reactivación más fuertes y constantes del departamento. Hoteleros, guías, transportadores, comerciantes y familias que viven del turismo son beneficiarios directos de este movimiento.

 

Estos ejemplos muestran que la Navidad no solo impulsa el consumo local, también fortalece una cadena turística que integra tradición, cultura y economía. Los pesebres vivientes, las rutas patrimoniales y los atractivos culturales del Huila se convierten en escenarios donde la identidad se transforma en bienestar económico para cientos de familias.

 

La economía local funciona como un engranaje y diciembre es el mes en el que ese engranaje puede girar con más fuerza.


Por eso, cuando hablo de la importancia del consumo local, no me refiero a una invitación sentimental. Hablo de una estrategia económica con impacto social real. Comprar local significa disminuir brechas, mantener empleos, estimular la producción interna y reactivar circuitos económicos que fortalecen la autonomía regional. Según proyecciones del DANE, el comercio, la industria y la agricultura son sectores decisivos para la reactivación económica del país. En el Huila estos sectores se reflejan en familias, asociaciones campesinas, pequeños talleres, grupos de mujeres emprendedoras y jóvenes que ven en el emprendimiento una oportunidad para construir su proyecto de vida.

 

También es cierto que quienes producen en el Huila enfrentan desafíos importantes. Dificultades de transporte, costos elevados de insumos, acceso limitado a créditos justos, ausencia de espacios estables de comercialización y, en muchos casos, competencia desigual frente a productos industrializados que ingresan al mercado con precios muy bajos. Frente a estos retos, considero que el Estado tiene la responsabilidad de acompañar, promover y proteger la producción local. Esto implica fortalecer ferias, mercados, vitrinas institucionales y procesos de formación empresarial.

 

También implica garantizar vías en buen estado para que los campesinos puedan transportar sus productos y brindar espacios adecuados donde las asociaciones artesanales puedan exhibir su trabajo. En esencia, se trata de generar condiciones reales de competitividad y no discursos vacíos.


Sin embargo, debemos reconocer algo fundamental. El consumo local no se define únicamente desde las instituciones. Lo definimos todos con nuestras decisiones de compra. Cada familia, cada joven, cada hogar que elige un regalo, un postre, una decoración o un detalle elaborado en el Huila aporta directamente al bienestar de otra familia del territorio. Esta Navidad quiero invitar a los huilenses a observar con atención lo que ofrecen nuestros municipios. Las ferias artesanales y de emprendimientos, los cafés especiales, los productos agrícolas, las confecciones, las manualidades, los accesorios hechos a mano, las prendas creadas por emprendedoras locales, los chocolates artesanales, los dulces tradicionales, las piezas talladas, los bordados y las decoraciones que nacen en nuestras veredas y barrios representan más que mercancías. Representan cultura, identidad y economía viva.


También debemos valorar el impacto que tienen nuestras decisiones en las nuevas generaciones. Cada vez más jóvenes encuentran en el emprendimiento una forma de generar ingresos, innovar y arraigarse en su territorio sin verse obligados a migrar. Ellos representan una fuerza creativa inmensa. Para sostenerse necesitan que la ciudadanía reconozca su trabajo, compre sus productos, recomiende sus marcas y apoye sus iniciativas. Cuando compramos en el Huila estamos respaldando el futuro económico del departamento.

 

En muchas ocasiones, en medio del afán de diciembre, optamos por lo rápido o lo más accesible desde grandes plataformas. Sin embargo, cuando miramos con atención descubrimos que aquello que buscamos ya lo produce alguien aquí. Un artesano de Pitalito, una panadería en Garzón, una emprendedora en Neiva, un agricultor en Campoalegre, un joven creativo en La Argentina. Cuando les compramos a ellos les damos un motivo adicional para seguir trabajando con orgullo.

 

Creo profundamente en el potencial económico del Huila. Un potencial que no depende únicamente de las grandes inversiones, sino del fortalecimiento permanente de quienes producen desde la base. La Navidad es una de las mejores oportunidades del año para activar ese potencial. No se trata de romantizar la idea del consumo local. Se trata de entenderlo como una decisión estratégica que transforma realidades concretas. Un emprendedor que vende más puede generar empleo. Un agricultor que mejora su ingreso puede invertir en su finca. Una artesana que recibe reconocimiento puede mantener viva una tradición. Una familia que logra comercializar sus productos en diciembre puede cerrar el año con dignidad.

 

Por eso esta Navidad quiero invitar a los huilenses a tomar decisiones que construyan comunidad. A mirar con orgullo lo que producimos en nuestra tierra. A valorar el trabajo que nace de nuestras manos. A entender que cuando le compramos a uno de los nuestros, le compramos al Huila. Detrás de cada venta existe un sueño, una familia, un oficio y una historia. El verdadero espíritu de esta temporada no se encuentra únicamente en lo que damos o recibimos. También está en la capacidad que tenemos de impulsarnos unos a otros.

 

Que esta Navidad sea una celebración que también mueva la economía del departamento. Una celebración que reconozca lo nuestro, que fortalezca a quienes producen con esfuerzo y que nos recuerde que, incluso en tiempos difíciles, la esperanza se construye desde la economía local. 

 

Que esta sea la Navidad en la que, como territorio, decidimos creer en el talento huilense, apoyar nuestros emprendimientos y demostrar que cuando la comunidad se une y se respalda, el Huila avanza con pasos firmes hacia un futuro más próspero y más humano.

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