El dirigente, quien gobernó la capital huilense entre 1998 y 2000, es recordado por su tránsito del púlpito a la política y por su obra social con la Casa Hogar del Divino Niño.
La capital del Huila despide este fin de semana a una de sus figuras más singulares de las últimas décadas. Jorge Lorenzo Escandón Ospina, exalcalde de la ciudad, falleció el pasado sábado 6 de diciembre, dejando tras de sí un legado marcado por su carisma religioso, su controvertido paso por la administración pública y su vocación social.
Escandón, quien fuera abogado, contador público y docente, murió rodeado del afecto de sus allegados, quienes destacaron hasta el último momento el liderazgo que lo caracterizó tanto en su vida clerical como civil.
Del sacerdocio a la alcaldía
Antes de ser mandatario local, Jorge Lorenzo Escandón era una figura inmensamente popular en Neiva, no por discursos políticos, sino por sus homilías. Como sacerdote, lideró multitudinarias "misas de sanación" y fue un referente de la Renovación Carismática Católica. Su conexión con la gente en los sectores populares fue el trampolín que, a finales de los años 90, le permitió colgar los hábitos para aspirar al primer cargo del municipio.
Su victoria en las urnas representó un fenómeno político en la región, rompiendo con los esquemas tradicionales al ser un "outsider" proveniente de la Iglesia. Asumió la alcaldía para el periodo 1998-2000, una época de grandes retos para la ciudad.
Luces y sombras de su mandato
La administración de Escandón no estuvo exenta de turbulencias. Su mandato enfrentó el escrutinio de los organismos de control. Es recordado el episodio legal que involucró investigaciones por parte de la Fiscalía y la Procuraduría, relacionadas con viáticos y convenios administrativos, situaciones que en su momento generaron ruido mediático y sanciones disciplinarias.
Sin embargo, sus seguidores prefieren recordar su dimensión humana. "Fue un hombre que entendió que la fe sin obras estaba muerta", manifestó un líder comunal de la ciudad, recordando que, más allá de la burocracia, Escandón mantuvo siempre un perfil de servicio.
El legado social: Casa Hogar del Divino Niño
Quizás la huella más indeleble de Jorge Lorenzo Escandón es la Casa Hogar del Divino Niño. Fundada originalmente bajo su liderazgo espiritual para atender a la población de la tercera edad y habitantes de calle que pernoctaban en el atrio de la Catedral, la obra se convirtió en un refugio de dignidad.
Incluso años después de su retiro de la política, la Casa Hogar siguió siendo testimonio de su sensibilidad ante el dolor ajeno. "Cuando veía a los abuelos durmiendo en el suelo, no pasó de largo; los organizó y les dio un techo", recuerdan quienes acompañaron esa gesta inicial.
Reacciones
Desde que se conoció la noticia de su deceso, diversos sectores políticos, académicos y religiosos del Huila han expresado sus condolencias. Excolegas de la docencia universitaria y antiguos feligreses han inundado las redes sociales con mensajes de gratitud, recordando sus clases de ética y sus consejos espirituales.
Con la partida de Jorge Lorenzo Escandón, Neiva cierra un capítulo de su historia reciente, despidiendo a un hombre que, con sus virtudes y defectos humanos, intentó desde la fe y la política transformar la realidad de sus conciudadanos.
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