Denuncias, videos y contacto para publicidad al WhatsApp 3195293166

sábado, 4 de octubre de 2025

PARAPETO. - LOS CAMPESINOS EN LA MIRA.

 

POR JULIO BAHAMON VANEGAS 


Es la nueva estrategia de los bandidos de las Farc en el occidente del Huila. Hoy están allá, mañana en cualquier otro lugar del departamento.


En los centros poblados de Belén, Gallego y en Villa Losada, las disidencias de las Farc vienen instrumentalizando a las comunidades indígenas, incubando un escenario de alto riesgo para la paz regional aprovechándose de los aborígenes para enfrentarlos con campesinos y pequeños propietarios de tierra.


El guion es perverso. Lo que están obligados a saber los nativos es que los grupos armados ilegales, se dedican en gran parte al narcotráfico, a manipular legítimas reivindicaciones étnicas para convertirlas en garrote de choque con sus pares, los campesinos.


Así, mientras los campesinos y labriegos que por años han trabajado y habitado sus fincas, bien habidas, resisten en medio de la zozobra, los naturales, engañados por la propaganda guerrillera, terminan enfrentados a quienes no son sus enemigos, sino sus vecinos y compañeros de territorio.


En distintas regiones del país, los narcoterroristas han perfeccionado esta estrategia de “guerra social”, con lo que buscan dividir a las comunidades para debilitarlas y abrir espacios a la economía ilícita como la siembra de coca.


El Estado colombiano, por su parte, ha entregado a las distintas organizaciones indígenas más de 37 millones de hectáreas, una cifra histórica que, lejos de ser vista como un logro colectivo, está siendo manipulada por grupos violentos para fomentar choques entre indígenas y campesinos, quienes también exigen seguridad jurídica sobre sus propiedades.


La situación que están viviendo en Belén, Gallego, y Villa Losada, en el municipio de La Plata, es una alerta que requiere una urgente intervención de las fuerzas armadas con decisión. De lo contrario, se podría consolidar un nuevo conflicto de imprevisibles consecuencias.

 

Las Fuerzas Armadas de Colombia, no necesitan recibir órdenes del gobierno para actuar; esa directiva se las da la Constitución Nacional, y si el presidente de la república dice lo contrario, los comandantes del Ejército y de Policía, no desobedecerán al ejecutivo, solamente acatarán el ordenamiento jurídico que les dicta la carta fundamental de Colombia. 


Lo que está en juego es la estabilidad territorial, la economía campesina y la posibilidad de una paz real. No se trata de saber si el gobierno y las autoridades van a intervenir, con firmeza, para evitar una tragedia que están sembrando las disidencias, de odio y división, donde debería haber solidaridad y trabajo comunitario. Hago un llamado a la armonía entre indígenas y campesinos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Adbox